martes, 30 de enero de 2018

Rodión Schedrín & Maya Plisétskaya



El compositor Schedrín y la bailarina se conocieron en 1955, en casa de Lilia Brik. Para entretener a los invitados, Schedrín estuvo tocando el piano y después se ofreció a acompañar a casa a Plisétskaya. Este encuentro no dio resultados, y el siguiente tuvo lugar tres años después en el Teatro Bolshói. Al ver bailar a Maya, Rodión se enamoró, y ella le correspondió.

Schedrín llevó a la bailarina de vacaciones a Carelia y al volver se dirigieron al registro civil, donde la funcionaria les deseó que “envejecieran juntos”. El deseo se cumplió: vivieron juntos 56 años y 7 meses. La bailarina falleció en 2015 y, de acuerdo con su última voluntad, las cenizas de Plisétskaya se mezclarán con las cenizas de Schedrín cuando este fallezca.

Historia de amor

Como se sabe, Maya Plisetskaya – bailarina del Teatro Bolshoi, Artista del Pueblo de la URSS, el premio de premios internacionales – la esposa Rodiona Schedrina. El evento más romántico y fatídico en la vida del compositor se produjo en 1958. Y la historia de su amor comienza en casa con Lily Brik, la musa V. V. Mayakovskogo, donde los futuros cónyuges se reunieron.

Un grupo de amigos se reunieron con motivo de la llegada de su amigo común, el actor francés Zherara Filippa. Después de una fiesta ruidosa Rodionu Konstantinovichu como el dueño de su propio coche "Volga", fue el encargado overstayers razvezti amigos a casa. Accidentalmente o no, pero la última ruta fue el hogar Mayi Plisetskoy. Galantemente adiós a una bailarina, Rodion preguntó acerca de la próxima fecha.

La segunda reunión tuvo lugar en "El jorobado caballito" Ensayo del ballet, donde la primera bailarina fue invitada a una de las partes principales. Finalmente flechas de Cupido golpear los corazones de amor después de las vacaciones de verano en la Casa de la creatividad de los compositores en Sortavala que en el lago Ladoga. A partir de entonces, en el amor pareja se fue en coche Schedrín en Sochi. Debido a la relación de pareja nezaregistrirovannosti no se quedó en el hotel y que no se arrepentía, pasaron su luna de miel en el coche en la costa del Mar Negro.

Oficialmente, las relaciones Rodion Maya Tenemos 2 de octubre de., 1958 El único matrimonio del compositor y bailarines mantener de por vida. Interrumpir esta historia de amor era capaz de nada más que la muerte.

El segundo lugar en de mayo de 2015, en Munich, Mayi Mihaylovny Plisetskoy había desaparecido. La causa de la muerte fue un ataque al corazón. Por desgracia, en este hermoso matrimonio no tenía hijos – esto es el gran sacrificio de bailarina rusa.

Hoy residente compositor en Munich (Alemania). Salud Rodion Shchedrin después de la muerte de su esposa se deterioró drásticamente. Cada vez más, los médicos locales visitaron su casa. Sin embargo, el compositor no se dio por vencido y decir que el mejor trabajo aún no está escrito.

De acuerdo con la voluntad de cenizas Maya Plisetskaya Mikhailovna deben estar conectados con las cenizas de Rodion después de su muerte, y dispersas sobre el territorio de la Gran Rusia.


sábado, 27 de enero de 2018

Vladímir Visotski & Marina Vladi



Cuando se conocieron, Vladi era mucho más conocida que el legendario actor y poeta soviético: se hizo famosa a los 17 años por su papel en la película de André Michel La bruja.

Durante una visita a la URSS, llevaron a esta estrella de cine francesa (a pesar de sus raíces rusas, no había hablado su lengua materna desde los seis años) al teatro Taganka, en el que actuaba Visotski y donde revolucionó la escena rusa. 

En el banquete celebrado tras la obra, Visotski le besó la mano en silencio, se sentó en frente de ella y no dejó de mirarla en toda la velada. “Su silencio no me dio vergüenza, nos miramos uno al otro como si fuéramos antiguos amigos”, recordaba Vladi.

Él se separó, Marina abandonó a su marido y en 1970 se casaron. Pero el telón de acero les complicó la vida en común. Visotski no podía salir al extranjero y Marina se veía obligada a viajar constantemente a verlo a la URSS, rechazando papeles con mayor frecuencia.

Cuando finalmente Visotski obtuvo el visado y la pareja pudo reunirse por fin, les fue muy difícil acostumbrarse a vivir juntos debido a sus fuertes caracteres. Además, el poeta no fue capaz de superar su adicción al alcohol y las drogas. En 1980 falleció y a Vladi le llevó muchos años aceptar su pérdida.




miércoles, 24 de enero de 2018

Vladímir Maiakovski & Lilia Brik



El “poeta de la revolución rusa” acabó en casa de la musa de la vanguardia rusa en 1915, cuando cortejaba a la hermana de esta, Elsa. Tras leer su poema “Una nube en pantalones”, Maiakovski pidió permiso para dedicarlo a la dueña de la casa. 

Tras este encuentro, Maiakovski pasó otros dos años persiguiendo a Brik, a pesar del mecenazgo del marido de esta, que costeó la edición del poema de su propio bolsillo.

En 1918 la amistad se convirtió en un triángulo amoroso: “los tres decidimos no separarnos nunca”, escribe Brik. “Nunca” duró hasta 1922, cuando Lilia, cansada del ardor del poeta, propuso que se tomaran un descanso. 

Maiakovski pasó una época muy difícil, a menudo aparecía bajo las ventanas de los Brik y escribió el poema “Sobre esto”. En su diario reconocía “sin ti dejo de existir”.

El sufrimiento romántico estimuló claramente su creación, y Lilia no dudó en seguir atormentando a su enamorado por el bien de sus “buenos versos”. 

A pesar de las peleas y las diferencias, de los romances con otras personas y de que el amor se acabara, siempre estuvieran cerca el uno del otro: en su nota antes de morir, Maiakovski enumeró a Lilia entre sus familiares, y ella llevó hasta su muerte un anillo que le había regalado el poeta.



domingo, 21 de enero de 2018

Borís Pasternak & Olga Ivínskaya



La editora Olga Ivínskaya, amor tardío del poeta, sirvió de inspiración para el personaje de Lara de la novela Doctor Zhivago, por la que Pasternak obtuvo el Premio Nobel. 

Se conocieron en 1946, cuando ella tenía 34 años y él 56. Ivínskaya era viuda y tenía dos hijos, Pasternak estaba casado con Zinaida Neuhaus. El poeta intentó varias veces romper con su amante, pero no lo consiguió.

Ivínskaya fue víctima de las difíciles relaciones de Pasternak con el gobierno soviético: en 1949 la detuvieron acusada de preparar una huida al extranjero con el poeta. Pasó en un campo de concentración tres años y medio. En 1953 fue puesta en libertad y el romance se reanudó con fuerza renovada.

Cinco años después Pasternak fue galardonado con el Nobel pero tuvo que rechazarlo porque el gobierno soviético le acusaba de traición y de condenarlo al exilio si salía del país. La pareja acabó prácticamente aislada: muchos de los amigos de este genio caído en desgracia rompieron las relaciones. Ella se quedó a su lado y afrontó con valor esta época difícil hasta la muerte del poeta en 1960.

jueves, 18 de enero de 2018

Olga Khokhlova & Pablo Picasso



Esta bailarina dejó el arte para convertirse en la esposa del pintor. A pesar de las acusaciones de Picasso de ser una castradora, en realidad fue víctima de la voracidad y machismo del genial artista.

Nació en 1891 en la ciudad de Nizhyn (actualmente en Ucrania) en una familia de un famoso militar y aristócrata. De niña, Olga Khokhlova vio una obra de madame Shrossont y en ese momento tomó la firme decisión de que tenía que estudiar en una escuela de ballet. Se esforzó estirando la pierna en el potro, pero sus padres afirmaron que aquella no era una afición digna para la hija de unos aristócratas. Asimismo, los profesores de la escuela no consideraban que tuviera ningún talento.

Superando todas las expectativas, el famoso organizador de los ballets rusos, Serguéi Diághilev le echó el ojo y la invitó a su compañía. A pesar de que sus papeles se limitaban al “corps de ballet”, incluso ahí su presencia se hacía notar. Se destacaba del grupo de bailarinas con un toque que parecía aristocrático. Se dice que era precisamente eso lo que Diághilev valoraba en las bailarinas.

En 1916 se encontró entre las 60 afortunadas que fueron a París a bailar con los famosos Ballets Rusos. A partir de entonces para la casera y romántica Olga comenzó una vida completamente diferente.

Una trampa para la bailarina

Para preparar los atuendos y decoraciones para el polémico ballet “Parad”, Diághilev invitó a Pablo Picasso, que por entonces tenía 36 años y era el pionero de una revolucionaria corriente artística: el cubismo. También era conocido como un provocador del que todo el mundo hablaba en los cafés más bohemios. Para un ballet tan innovador se necesitaba un pintor de estas características.

Si bien no solo era un halo de fama lo que cubría al malagueño. A los 36 años había roto el corazón a cientos de mujeres, celebrado orgías en Montmartre y vivido locuras impensables en Bateau-Lavoir.

A su lado Olga era la auténtica personificación de la pureza. Una aristócrata llena de feminidad y modales exquisitos, joven y cándida. Cualquiera diría que parecía creada para ser fiel y querida. Picasso se lanzó a por su “presa”. Cegado por sus sentimientos, estuvo dispuesto incluso a casarse, a sabiendas de que una aventura casual no lo satisfaría. Durante su vida ya había tenido muchas mujeres y ahora era reconocido y pudiente. ¿Por qué no sentar la cabeza con una esposa joven, hermosa y bien educada? Regresar a una Rusia en plena revolución era peligroso y muchos solistas de la compañía de Diághilev permanecieron en Europa, Olga entre ellos. Además, estaba dispuesta a aceptar la proposición del pintor. ¿Sabía la peligrosa trampa que se cernía sobre ella en ese momento?

Amansamiento del rebelde

En junio de 1918 Pablo y Olga contrajeron matrimonio en el templo ortodoxo de San Alexander Nevski de París, en la Rue Daru. Según el acuerdo matrimonial que firmaron, en caso de divorcio Olga recibiría la mitad de todos los bienes del pintor.

Los primeros años de convivencia transcurrieron sin sobresaltos. A los tres años nació su hijo Paulo. Olga se benefició de su vida con Picasso: amuebló con estilo su piso de París, contrató un chófer y sirvientes, compró costosas joyas y conoció a la élite de la sociedad francesa. Desde pequeña estaba preparada para llevar una vida así y había conseguido su objetivo. Pablo Picasso empezó no dudaba en satisfacer los deseos aristocráticos de su mujer.

Khokhlova influyó enormemente en el desarrollo artístico del pintor. A ella, que desde la infancia estaba acostumbrada al arte clásico, le horrorizaba el cubismo. Picasso pintó cuadros de Olga y de su hijo en estilo neoclásico, ya que su esposa quería reconocer su cara y no tener que buscarla entre extrañas figuras geométricas.

El fin de una época magnífica

Olga estaba satisfecha con su tranquila y burguesa vida familiar. ¿Pero qué sentía Picasso? Era como un depredador al que intentan amansar. Pasó de ser un juerguista, extravagante y revolucionario del arte a un aburrido pintor de salón, por influencia de Olga. Sus exposiciones empezaron a llenarse de damas en abrigos de piel y generales condecorados.

Empezó a añorar sus locas noches en Montmartre. Cuando dibujaba un nuevo retrato clásico echaba de menos sus experimentos cubistas. La propia Khokhlova y el idilio que ella había creado empezaron a ser una carga para el pintor.

Al darse cuenta de que Picasso sentía la necesidad de regresar a su antiguo ambiente, Olga se puso muy celosa. En 1927 apareció una nueva distracción en la vida del artista: una joven de 17 años llamada Marie-Thérèse Walter. Con más frecuencia empezó a dibujar a Olga como una vieja con los pechos diminutos o bien como un caballo. Un día la joven musa se presentó en su portal con un bebé en brazos y declaró que el niño era del artista. A Olga se le terminó la paciencia y pidió el divorcio. Picasso le debía ceder la mitad de sus bienes, incluidos los cuadros, por lo que se negó a cumplir su parte. Oficialmente permanecieron casados hasta que falleció Khokhlova.

Atrapada por la ilusión y los recuerdos

La frialdad e indiferencia de su cónyuge y los celos que no fueron lo peor para Olga. El verdadero infierno para ella fue lo que ocurrió tras la ruptura. Le contó a todo el mundo que su exmujer era una loca histérica, oportunista y avariciosa que le exigía demasiado. Declaraba que no tenía talento y que era una don nadie. Por su parte, ella continuó viviendo de los recuerdos de su antigua felicidad y odiaba a las nuevas amantes de Picasso, aunque no a él mismo. A diferencia de las posteriores conquistas románticas de Picasso, tampoco dejó memorias polémicas sobre su vida familiar y prefirió guardar todo en secreto.

Picasso tuvo una vida más larga que todas sus mujeres y amantes. Hubo algunas que se suicidaron, otras murieron de cáncer o perecieron en la pobreza y el anonimato. Muchas vivieron con la esperanza de que Picasso volviera.

Una de las musas de Picasso, Françoise Gilot, recordó cómo Olga, presuntamente, perseguía a Pablo de manera frenética. Su dependencia psicológica, los sufrimientos ocasionados por las infidelidades y la ruptura crecieron hasta atormentarla. Posteriormente tuvo un cáncer.

Olga pasó sus últimos años en soledad. Sufrió un infarto que la incapacitó para caminar. Falleció a los 63 años y fue enterrada en Cannes, en el cementerio Grand Jas. Picasso no se presentó en el funeral. Estaba demasiado ocupado pintando.

Ella había nacido para ser feliz en familia y estar tranquila, pero en lugar de eso se convirtió en la domadora de una bestia salvaje, que solo al principio permaneció callada junto a sus pies. En vano pensó que podría amansarla. La bestia terminaría rompiendo las cadenas y Olga persistiría en su añoranza de aquella ilusión que observó al comienzo.

lunes, 15 de enero de 2018

Fabiola y Balduino


Érase una vez un joven rey de nombre Balduino, que ocupaba el trono de una nación llamada Bélgica. Famoso por su bondad, por su buen carácter y por su religiosidad, este joven rey veía el tiempo pasar, entre obligación y obligación, sin encontrar a una joven que pudiera ser digna de ocupar el trono junto a él. Este hecho, junto a su intensa vida interior, hacía pensar a sus súbditos que, tal vez, su monarca no estuviese decidido a contraer matrimonio, y que cualquier día se llevarían una sorpresa al saber que su rey abandonaría sus responsabilidades para dedicarse a la vida religiosa. Pero no fue así, Balduino era consciente de su responsabilidad y estaba decidido a encontrar una reina para su corazón y para su pueblo.

No, no me dispongo a relatar ningún cuento de hadas, sino una bella historia de amor verdadero, espiritual y eterno, nacida a los pies de Nuestra Señora de Lourdes, en la que queda demostrado que poner nuestros asuntos en las manos de Dios, hace que el resultado sea siempre el adecuado.

Se trata de una historia que fue dada a conocer tras la muerte de Balduino, acontecida en la localidad granadina de Motril, el 31 de julio de 1993. Tiempo después, Joseph Léon Suenens, Cardenal primado de Bélgica recogió la verdad sobre el encuentro entre Balduino y su esposa Fabiola, en un hermoso libro titulado "Balduino. El secreto del rey", con la intención de dar a conocer ciertos aspectos de su personalidad que demostraban una profundidad espiritual fuera de lo común. Para ello, el autor recoge en dicha obra numerosos escritos espirituales del monarca que constituyen todo una lección de vida.

Joseph Léon Suenens era además vicerrector de la universidad católica de Lovaina, cargo que motivó su relación con el rey en diversas reuniones. En uno de esos encuentros, paseando por los jardines de palacio, el joven monarca le confió su preocupación por la cuestión de su matrimonio. En dicha conversación, el cardenal le aconsejó acudir a Lourdes, a lo que Balduino respondió que precisamente acababa de regresar de allí, donde había encomendado a Nuestra Señora de Lourdes esa cuestión tan personal y trascendental para su vida y para su país. Reinando la confianza entre ambos interlocutores, el cardenal se sinceró manifestándole lo mucho que representaba Lourdes para él, pues allí había conocido a la irlandesa Verónica O' Brien, destacada figura de la Legión de María en Europa, quien había marcado su vida. Ante esta confidencia, el rey mostró su interés en conocerla y el cardenal se ocupó de organizar el encuentro.

Dicho encuentro tuvo lugar, y tras el mismo, Verónica escribió al rey y le envió dos libros sobre los que le había hablado durante su conversación: "El Secreto de María" y "El Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", ambas obras escritas por San Luis Mª Grignion de Montfort, cuya espiritualidad es la razón de ser de la Legión de María. En su carta, Verónica le aseguraba que la Virgen guiaría sus pasos para encontrar a la mujer con la que "amaréis y serviréis mejor al Señor".

Balduino había abierto por completo su corazón en ese encuentro, confesando que pensaba en España como en el lugar adecuado para encontrar a su dama soñada, por ser la tierra de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, cuyos escritos le habían resultado de gran ayuda. Es por ello, que en su correspondencia y comunicaciones con Verónica, se refiere con el nombre de "Ávila" a la destinada a convertirse en su esposa. A partir de esta mención, Verónica experimentó lo que ella llama una revelación divina, suspende todos sus viajes apostólicos y se ofrece al Rey para viajar a España en busca de una esposa ideal, una mujer que reuniese las virtudes cristianas. Balduino aceptó la idea, entregándole una carta en la que depositaba toda su confianza en ella. Dicha carta, junto a la que le entregó el cardenal Suenens, dirigida al nuncio del Papa en Madrid, constituyeron el mejor pasaporte para iniciar su labor de búsqueda, y lograr que el nuncio aceptase colaborar con ella en ese plan que le parecía una verdadera locura. Gracias a la directora de una escuela femenina de Madrid, que conocía bien a las jóvenes aristócratas de la capital, fue como Verónica consiguió una cita con Fabiola de Mora y Aragón, a la que definió como "una bocanada de aire fresco" en la carta en la que informaba al monarca con todo detalle de lo acontecido.

Fabiola era una joven aristócrata madrileña, hija de los Marqueses de Casa Riera, y nacida en el madrileño palacio de Zurbano, hoy sede del Ministerio de Fomento. Joven de esmerada educación, había cursado estudios de enfermería, y hablaba con fluidez varios idiomas. Trabajó como enfermera asistiendo al personal médico y prestando especial atención a los enfermos más desdichados o que se encontraban en situación de soledad. Si algo destacaba en ella era ese afán por ayudar al prójimo, su profunda fe religiosa y su dedicación a las labores de caridad. A primera hora de cada día, asistía a Misa en la iglesia de Santa Bárbara. Vivía con mucha intensidad las prácticas de piedad, especialmente el rezo del Santo Rosario. Además visitaba cada día al Santísimo en la iglesia del Perpetuo Socorro o en la de San Fermín de los Navarros. Fabiola no era frívola, y las fiestas de sociedad no iban con su carácter, hasta el punto que su modo de vida hacía pensar a muchos que terminaría vistiendo los hábitos. 

 Su tiempo libre lo dedicaba a las artes, especialmente a la música y la pintura, y sobre todo a labores de caridad. Visitaba a los ancianos en el asilo de la calle Almagro, a cargo de las Hermanas de la Caridad. Les llevaba todo tipo de presentes, libros, pasatiempos, tabletas de chocolate... Colaboraba también económicamente con el asilo de las Hermanitas de los Pobres, donde acudía a prestar su ayuda personal sirviendo comidas e incluso lavando los platos. Muy destacado fue su trabajo en las barriadas más pobres de Madrid donde visitaba a los más necesitados, escuchando sus necesidades y prestándoles la ayuda que precisaran. A la puerta de su casa familiar llegaban siempre muchos necesitados y madres de familia con dificultades que conocían bien la bondad de Fabiola, y siempre eran escuchados y atendidos.

Se preocupaba especialmente por los niños, sentía gran amor por sus sobrinos y por los niños pobres a los que visitaba. A todos ellos les contaba maravillosas historias que inventaba, dando pie a otra de sus facetas, la de escritora de cuentos infantiles. Eran relatos en los que destacaba los valores como la bondad, el espíritu de sacrificio, y en los que, a pesar de las dificultades, siempre vencía el bien. Su personalidad puede resumirse diciendo que era alegre, dinámica, profesional, con gran vida interior y gran fe en la divina providencia.

Cuando Verónica conoció a Fabiola, inmediatamente pensó: "Es ella". Tras larga conversación, Fabiola reconoce no haberse enamorado por el momento y haber dejado su vida en manos de Dios, "quizás Él me tenga algo preparado", algo que Verónica ya sabía con certeza, siendo un convencimiento corroborado por una visión que ella había tenido en un sueño, en el cual vio unas imágenes que precisamente encontró en el piso de la aristócrata madrileña.

Tras informar con todo detalle al rey, Verónica queda encargada de organizar un encuentro entre ambos. Para ello, ve de nuevo a Fabiola y le hace entrega de una carta del Cardenal Suenens en la que le confiesa toda la verdad del plan. Ante este hecho, Fabiola se siente confusa, sorprendida, casi se podría decir un tanto engañada, y rechaza cualquier relación con Verónica. Sólo el nuncio fue capaz de convencerla para que depositara su confianza en la irlandesa.

Fabiola consideraba que ella no estaba a la altura de un rey, y además no quería que le reprocharan "delirios de grandeza". Finalmente, decidió aceptar el viaje a Bruselas...Nada ha trascendido de ese encuentro con Balduino, que queda para siempre en el secreto de sus protagonistas.

Tiempo después, Fabiola viaja a Lourdes para encomendarse a Nuestra Señora, y algunas semanas después, volverá allí para encontrarse con el monarca belga. Era julio de 1960. El monarca viajó de incógnito acompañado de un amigo, y Fabiola fue acompañada en esta ocasión de Yvette, colaboradora de confianza de Verónica. Fue en Lourdes, durante largos paseos y extensas conversaciones, asistiendo a la Santa Misa, rezando el Santo Rosario y depositando toda su confianza en el Maestro y en Nuestra Señora, como nuestros protagonistas se fueron descubriendo el uno al otro, navegando en sus almas. Pero dejemos que sea el propio rey quien explique a través de sus escritos ese inolvidable encuentro en Lourdes:

"El contacto surgió maravilloso y de inmediato, y la confianza era recíproca: en pocos minutos la amistad había crecido en ambas partes, y los dos contábamos con la ayuda de Nuestra Señora para que, antes de separarnos en unos días, pudiéramos decirnos un sí el uno al otro. Nos estudiábamos el uno al otro desde dentro. Me gustaban sus observaciones y sus reacciones. Cada vez estaba más convencido que Ávila había sido elegida por la Virgen para ser mi mujer, y por ello le estaba sumamente agradecido a Ella, y a su querido instrumento, Verónica.

Lo que más me gusta de Ávila es su humildad, su confianza en María y su transparencia. Gracias por ponérmela en el camino. Sé que para mí será siempre un gran estímulo para amar a Dios cada día más.

Terminamos el día rezando el Rosario en la Gruta. Pido a Nuestra Señora que me deje sentir cuándo debo declararme...Al día siguiente, durante la Misa, siento el impulso de decirle que la amo, de escribírselo en el misal. Es viernes y le prometo a María retrasar ese gran momento hasta el día siguiente, ofreciéndole esta privación con toda mi alma. Era el día de la fiesta de Santa Isabel de Portugal, hija del rey de Aragón.

Después de esa maravillosa misa, dimos un gran paseo. De repente, cuando nada dejaba prever esta reacción, Ávila me pide que paremos y recemos tres Avemarías a la Virgen para agradecerle todas las delicadezas y su amor por nosotros. Después de lo cual, iniciamos de nuevo la marcha; fue entonces cuando Ávila me dijo: "Esta vez es sí y ya no me volveré a echar atrás"... Era demasiado bonito; tenía ganas de llorar de alegría y gratitud a nuestra Mamá del cielo, que había hecho un nuevo milagro, y a Ávila que se había dejado guiar dócilmente por la mano de Nuestra Señora de Lourdes. Mi amigo e Yvette nos ven llegar del brazo, y Ávila les anuncia que somos novios".

Tras leer este precioso testimonio del rey, uno no puede más que emocionarse ante los regalos de Nuestra Señora.

Regresando cada uno a su país, pues las obligaciones mandan, Ávila (Fabiola) escribe a Balduino las siguientes líneas:

"Tengo tal paz y confianza en Dios sobre lo nuestro...que todo lo que hace que las cosas vayan más rápidamente o más despacio, mejor o peor, sucede sólo porque Dios lo permite y para nuestro mayor provecho espiritual". Ante esto, el rey manifestaba: "¿No es formidable recibir de tu futura mujer una lección tan bella? Me siento orgulloso de mi novia y cada día la quiero más".

En cada aniversario de su encuentro en Lourdes y de aquel día 8 de julio de 1960 en que decidieron unir sus vidas para siempre, el rey renovaba su acción de gracias a Dios por el don de ese encuentro, así lo expresaba en esta nota fechada el 8 de julio de 1978:

"Hace 18 años que Fabiola y yo nos prometimos el uno al otro, al salir de la misa el día de Santa Isabel de Portugal, en Lourdes. Gracias, Señor, por habernos llevado de la mano a los pies de María, y desde entonces, todos los días. Gracias, Señor, por habernos amado en tu Amor y por haber ido creciendo en ese amor día a día".

La imagen que se percibía de la pareja real desde el exterior se correspondía con la realidad, quedando nuevamente demostrado en los apuntes espirituales del Rey, en los que se expresaba de la misma forma a lo largo de los años:

"¿Por qué, Señor, has removido cielo y tierra para darme esta perla preciosa que es mi Fabiola? Tiene una manera de estar con todas las personas que es ideal. Es tan atenta, tan disponible, que entiendo que se la adore. Gracias, Señor".

"Colma a Fabiola de tu santidad. Que viva de tu gozo y de tu paz. Enséñame a amarla con ternura. Haz que tenga de sí misma una imagen más positiva. Haz que se sepa amada por Ti con un amor de predilección. Gracias por haberme dado este tesoro. Aumenta en mí el Amor que viene de Ti para ella...Fabiola da tanto amor que me abrasa el corazón. Su presencia silenciosa y activa es para mí una inmensa alegría. ¡Señor, cuánto me mimas!"

"Jesús, te doy gracias porque has hecho que crezca en mí un amor inmenso por mi mujer. Te agradezco que me hayas dado una esposa que me ama, después que a Ti, por encima de todas las cosas. Qué crezcamos en Ti, Señor".

"Enséñame también a amar a Fabiola alentándola y aceptando su ritmo, que no es el mío; la manera de pensar y de organizarse que le son propias. Enséñame también a respetar su personalidad con todas sus diferencias y sus contradicciones. Jesús, gracias por haberme dado este maravilloso tesoro".

Poco antes de su fallecimiento, el rey manifestaba: "Quiero cada día más a Fabiola. ¡Qué gracia es para mí!"

Esta historia de verdadero amor entre Balduino y Fabiola, sólo se vio truncada por el fallecimiento del rey, acaecida el 31 de julio de 1993. Aunque, mejor sería decir que sólo fue el final de su fase terrenal. Fue la reina quien tuvo el deseo de que el funeral de su amado Balduino se convirtiera en una misa de acción de gracias, transformando el duelo en un día de gloria y de esperanza. El féretro del Rey iba precedido por el cirio pascual, Fabiola vistió de blanco, y la misa fue una celebración de la victoria de la vida sobre la muerte. Fue realmente un funeral inolvidable coronado por la preciosa homilía pronunciada por el cardenal Danneels que concluía diciendo: "Hemos perdido un rey pero Dios nos ha dado en su lugar un intercesor y un protector. Dichoso el pueblo que ha recibido tal rey para gobernarle mientras vivía, y tal ángel para velar por él después de su muerte. Gracias Majestad y querido rey Balduino. Os damos las gracias y os pedimos el último favor, que no nos negaréis: ¡interceded por nosotros!"

El amor de los reyes Balduino y Fabiola fue todo un ejemplo a lo largo de sus años de vida matrimonial. Supieron afrontar juntos, con resignación cristiana, todas las pruebas que Dios puso en su camino, entre ellas cinco embarazos malogrados. Esa tristeza por no haber podido lograr descendencia supieron transformarla en sus corazones de esta manera que el propio rey expresaba: "Nos hemos preguntado por el sentido de este sufrimiento: poco a poco hemos ido comprendiendo que nuestro corazón estaba así más libre para amar a todos los niños, absolutamente a todos"...¿No es una reflexión maravillosa?

Siempre brilló en ellos el amor en toda la extensión de la palabra, su sentido del deber, su disponibilidad total y absoluta, su preocupación sincera por los más desfavorecidos de la sociedad, sus principios firmes, que llevaron al rey a negarse a firmar la ley del aborto. En todo se comportaron ejemplarmente ante su pueblo, sabiendo el rey sufrir físicamente en silencio durante los últimos años de su vida. Todo induce a tener como un referente la vida de este rey cristiano que fue bendecido con la esposa y reina ideal.

La reina Fabiola todavía le sobrevivió muchos años, falleciendo el 5 de diciembre de 2014, fecha en que cruzó la frontera que separa la vida terrenal de la eternidad, en la que vive para siempre al lado de su amado Balduino.