domingo, 30 de abril de 2017

Alexander y Jeanette Toczko



¿No te ha pasado a veces que las historias románticas en las películas te parecían irreales? Recuerda el famoso melodrama «El diario de la memoria», donde los amantes mueren en el mismo día. Pero el amor poderoso con su fuerza mágica y enorme abraza cada instante del nuestro mundo real. Los momentos emotivos y emocionales suceden también en nuestras vidas. Lo demostraron Alexander, de 95 años de edad y Jeanette de 96 años de edad. Después de vivir 75 años de matrimonio feliz, la pareja murió en un mismo día, el uno en los brazos del otro. Es difícil de creer que este era el último deseo de la pareja. Pensé de verdad que esto solo podía ocurrir en los cuentos de hadas…


Se conocieron a los 8 años de edad. La amistad poco a poco fue creciendo hasta convertirse en un gran amor. Después de haber celebrado la boda, Alexander fue a servir en USN de los EEUU, y al terminar el servicio con éxito, comenzó a trabajar en publicidad. Con el tiempo, los enamorados formaron su hogar en San Diego, California, donde Jeanette hizó la carrera de estilista en varias agencias.


Ya en la vejez, Alexander encontró un interesante pasatiempo — golf. Entrenamientos diarios daban sus resultados. Pero una caída accidental y la fractura de una cadera afectaron gravemente su salud. Pronto y su esposa perdió el interés por la vida y comenzó a debilitarse. Así al final, la pareja terminó postrada en cama.


Ellos soñaban con pasar los últimos momentos de sus vidas en los brazos del otro. Y la familia se encargó de buscarles un acogedor hospicio.


El primero en abandonar este mundo fue Alexander, acostado cerca de su amada. «Mira, fue tal como tú querías. Tú moriste en mis brazos, y yo te quiero. Espera por mí, que yo pronto iré», — le susurró Jeanette. Al saber por los familiares que el calendario mostraba 29 de junio, se sorprendió gratamente. En este mismo día, 75 años atrás, se celebró su boda. En la madrugada, Jeanette cumplió la promesa hecha a su esposo.


La increíble historia de un amor tan fuerte entre Alejandro y Jeanette conmoverá, incluso, a los corazones más fríos. La pareja demostró que un gran sentimiento hace maravillas.





martes, 25 de abril de 2017

Ulises y Penélope



La historia de Penélope es la historia de una mujer muy inteligente que trama una estratagema para alejar a sus pretendientes mientras espera que Ulises vuelva de la guerra de Troya. Una historia de ingenio y perseverancia.


La guerra de Troya había terminado hacía tiempo y Ulises no volvía a su casa en Ítaca donde le esperaba su esposa Penélope y su hijo Telémaco. Resulta que Ulises se entretuvo en el camino con las sirenas y con muchos otro seres mágicos mientras que en su palacio de Ítaca Penélope ya no sabía cómo despistar a todos los pretendientes que querían casarse con ella.

Como Ulises no volvía de la guerra de Troya, los caballeros de Ítaca se acercaron al palacio de la reina Penélope para que eligiera otro marido. Pero Penélope solo quería a Ulises y estaba dispuesta a esperarle todo el tiempo. Además, ninguno de los pretendientes le gustaba ni siquiera un poco.


- Ulises ha muerto en la guerra de Troya, porque si no, ya tendría que haber vuelto- le decían los pretendientes. Pero Penélope sabía en el fondo de su corazón que Ulises no había muerto y que antes o después volvería a casa.

Pasaba el tiempo y Ulises no volvía. Y los pretendientes se ponían cada vez más pesados para que Penélope eligiera un nuevo marido. Así que no le quedó más remedio que ceder un poco, pero como era tan ingeniosa como Ulises, se le ocurrió una idea para ganar tiempo antes de elegir un pretendiente. Porque ella estaba segurísima de que algún día Ulises volvería, solo había que tener un poco de paciencia.


- Elegiré a uno de vosotros cuando termine de tejer esta manta que estoy haciendo- dijo Penélope. Y les enseñó un trozo de una manta que estaba tejiendo.


Los pretendientes se quedaron satisfechos aunque no sabían muy bien cuánto tardaría Penélope en hacer la manta. Así que se pasaban los días esperando y esperando y a veces iban a ver a Penélope en el telar, pero la manta seguía igual que el primer día.

- No lo entiendo- decía un pretendiente -nunca termina de tejer la manta.


Lo que no sabían los pretendientes era que Penélope era más lista que todos ellos juntos. Durante el día veían a Penélope tejer durante horas y horas, pero no veían lo que hacía por la noche. Porque Penélope no podía dormir de las ganas que tenía de volver a ver Ulises, así que se levantaba de la cama, se iba hasta su telar y deshacía todo lo que había hecho durante el día. Así nunca acabaría de tejer la manta. La paciencia de Penélope tuvo su premio porque un buen día, tal y como ella intuyó siempre, Ulises volvió y echó a todos los pretendientes de allí.




jueves, 20 de abril de 2017

Cómo arreglar el mundo



Un científico vivía preocupado con los problemas del mundo y estaba resuelto a encontrar medios para disminuirlos. Pasaba días encerrado en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas. Cierto día, su hijo, de siete años, invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, intentó hacer que el hijo fuera a jugar a otro sitio. Viendo que sería imposible sacarlo de allí el padre procuró algo para darle al hijo con el objetivo de distraer su atención...



De repente tomó un planisferio de una revista, y, con una tijera, recortó el mapa en varios pedazos. Junto con un rollo de cinta adhesiva lo entregó al hijo diciendo:

— ¿A ti te gustan los rompecabezas? Entonces voy a darte el mundo para arreglarlo. Aquí está el mundo todo roto. ¡Mira si puedes arreglarlo bien! Hazlo todo solo.

Calculó que al niño le llevaría días para recomponer el mapa. Algunas horas después, oyó la voz del hijo que le llamaba calmamente: —Padre, padre, ya he hecho todo. ¡Conseguí terminar todo!

Al principio el padre no dio crédito a las palabras del hijo: "¿Sería imposible a su edad haber conseguido recomponer un mapa que jamás había visto?" Entonces el científico levantó los ojos de sus anotaciones seguro que vería un trabajo digno de un niño. Para su sorpresa el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus sitios. ¿Cómo sería posible? ¿Cómo el niño había sido capaz? —Tú no sabías cómo era el mundo, hijo mío. ¿Cómo lo conseguiste?
—...Padre, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando tú quitaste el papel de la revista para recortar, yo vi que del otro lado había la figura de un hombre... Cuando tú me diste el mundo para arreglarlo, yo lo intenté pero no lo conseguí. Fue entonces que me acordé del hombre, di vuelta a los recortes y empecé a arreglar el hombre, que yo sabía cómo era. Cuando conseguí arreglar el hombre, di vuelta a la hoja y encontré que había arreglado al mundo...

viernes, 14 de abril de 2017

Maryanne & Tommy Pilling


El matrimonio en las diferentes culturas se aborda como una forma de avanzar en el conocimiento de tu pareja. Siempre suele ser tratado como una expresión superlativa de amor hacia el otro, por lo que se acaba convirtiendo en muchos casos en el objetivo vital de muchas personas. 


Y es que de una forma u otra siempre existe un ritual que cumple esta función en todas los rincones del planeta, sea religioso o meramente burocrático. Esto no significa que sea fácil hacerlo.


Las complicaciones de la boda

En muchos casos las leyes o las costumbres se oponen a los deseos de los enamorados por convertirse en pareja oficialmente y, lejos de ser algo agradable, se convierte en un auténtico tormento. Y es que por ser diferentes al resto te acaban por poner más trabas a una relación. Como si el hecho de organizar una boda no fuese de por sí complicado. Pero cuando las leyes y las normas no escritas de la sociedad se ponen en tu contra, todo parece ponerse cuesta arriba. Aunque no fue así para esta pareja de enamorados.


La ley

Cuando una persona decide casarse tiene que cumplir una serie de requisitos. Entre ellos se encuentra, en la mayoría de los casos, que las personas tienen que estar en plenas facultades mentales para poder decidir por su propia cuenta si quieren contraer matrimonio. Lo que a priori se creó para proteger a las personas con algún tipo de enfermedad, se convirtió en una lacra para estos dos enamorados. Todo se debía a que habían nacido portadores de la trisomía que caracteriza a los Down.
 

El síndrome de Down

Las personas que manifiestan el síndrome de Down suelen tener unas características comunes, que van desde una apariencia física similar hasta una variable discapacidad intelectual que los convierte en dependientes en la mayoría de los casos. 


Los problemas cardíacos y las diferentes enfermedades asociadas a este rasgo, los hace tener una esperanza de vida relativamente corta, por lo que, normalmente, suelen plantearse las vidas con una visión mucho acelerada. Fue por esto que la pareja decidió dar el paso


La relación

Cuando Maryanne y Tommy Pilling se conocieron comenzaron una relación de amistad que pronto dio paso a un noviazgo. La historia de amor que protagonizaron fue todo un ejemplo para las personas que los rodeaban, pues demostraban paso a paso que se querían y que querían conseguir vivir juntos a cualquier precio. 


Y es que tras pasar sólo 18 meses juntos, ella no paraba de hablar bien de su pareja. Hasta que un día él se presentó en su casa con un anillo de juguete que había conseguido en una máquina, diciendo que quería casarse con ella.


Los primeros pasos para la boda

La madre de ella le dijo que quería hacer las cosas como era debido y se encaminó a comprarle un anillo de verdad en una joyería. Pero todo pareció torcerse cuando la sociedad comenzó a ponerle trabas, pues según el código civil no se encontraban en plenas facultades mentales para poder contraer matrimonio. 


No pareció importarles demasiado, pues tras su lucha personal lograron convertirse oficialmente en marido y mujer, siendo la primera pareja de personas con síndrome de Down en casarse y abrieron el paso al resto de enamorados que querían seguir su mismo camino.


La esperada boda

Fue en el 1995 cuando esta pareja decidió que tenían que darse el “sí quiero” en la iglesia de St Mary en Shoeburyness, Essex, Reino Unido. 


Para ello cumplieron el deseo de la joven Maryanne, de 23 años, de casarse con un precioso traje blanco en una ceremonia por todo lo alto. Ambos, como cualquier otra pareja, decidieron todos los aspectos del enlace y, finalmente, el sueño se pudo hacer realidad. Muchos fueron los invitados que acudieron al evento, siendo todo un referente para el colectivo de personas afectadas por este síndrome y dando ejemplo de cómo el amor puede traspasar barreras.


La vida de pareja

Así fue como todo comenzó en el seno de esta familia. Pudieron por fin convivir juntos como un feliz matrimonio y, al parecer, no les fue demasiado mal, ya que a día de hoy, 22 años después, siguen siendo igualmente felices. 


Y es que gracias a un familiar tienen un facebook en común que permite mostrar al mundo sus experiencias como matrimonio y exponen su amor sin ningún tipo de tapujos, como haría cualquier otra persona.


Las redes sociales y la aceptación de la gente

En cuanto se lanzaron a darse a conocer, la gente comenzó a manifestar su opinión sobre este enlace. Y es que a muchos les pareció algo digno de mencionar y de admirar, por lo que fueron enviando toda suerte de mensajes de apoyo a lo que ahora se conoce como uno de los movimientos para la total independencia y libertad del colectivo. 


En la página van publicando las muestras de apoyo y las fotografías de cómo lucen ahora después de tanto tiempo.


La pareja ahora

Ya disfrutan de una edad respetable, pues ella tiene 45 y él 59 años, pero no paran de publicar los momentos más reseñables de su vida. muestran con orgullo su relación y cómo ésto ha mejorado sensiblemente sus propias calidades de vida. 


Lanzados a experimentar tanto como puedan, esperando poder celebrar dentro de tan sólo 3 años sus bodas de plata. A pesar de que a algunos les pese, ellos seguirán luchando por ser iguales al resto de personas.



jueves, 6 de abril de 2017

Ruth Williams & Seretse Khama



Esta es una de esas historias que si no estuviesen más que registradas en anaqueles académicos, no me creería que es es verdad: En Junio de 1947, el joven Rey Seretse Khama de los Bamamgwato, una gran tribu africana, se encontraba estudiando en Inglaterra y decidió asistir a un baile. Allí conoció a Ruth Williams, una simple mecanógrafa. A ambos les gustaba el jazz y eran fanáticos de la misma banda.

Se enamoraron perdidamente y comenzaron uno de los romances más controversiales de la historia.

Tuvieron que casarse a escondidas. Ruth fue desheredada por su familia. Seretse perdió la corona y fueron exiliados a Gran Bretaña.


La salvación de la pareja estuvo en que Seretse era un gran líder, adorado por su pueblo.

Tanto que la tribu Bamamgwato envió un telegrama a la Reina Isabel II.

“Devuélvannos al que nació para ser nuestro jefe”.


Seretse se volvió el Primer Ministro de Bechuanaland y, eventualmente, tras la independencia de la nación, el primer Presidente electo de Botswana.

Durante su presidencia, entre 1966 y hasta su muerte en 1980, Botswana tuvo el crecimiento económico más grande del mundo.


Se volvió una de las más queridas Primeras Damas de la nación.

Según su nieta Tahlia Kahma, quien habló con el Daily Mail, su abuela dedicaba todo el tiempo que no estaba con su familia a diferentes organizaciones de caridad.


La historia de amor que conmocionó al mundo: el príncipe africano que renunció a su trono por una mujer blanca.

Seretse Khama, de Botswana, y Ruth Williams, de Reino Unido, crearon una gran polémica internacional cuando se enamoraron y se casaron en 1948. Pero ahora su historia inspira libros, obras de teatro y hasta una película.


En la década de los 40 Seretse Khama estaba destinado a ser “rey”.

Seretse debía convertirse en el jefe o kgosi de la tribu Bamangwato, del entonces Protectorado Británico de Bechuanalandia (actual Botswana), en África.


Pero antes de asumir el trono, se fue a estudiar Derecho en la Universidad de Oxford, en Reino Unido, en un viaje que cambiaría para siempre su vida.

En este país se hizo amigo de la británica Muriel Williams, y en 1947 esta le presentó a su hermana, Ruth Williams.


Ruth era una empleada blanca de clase media de una compañía de seguros.

Se suponía que al graduarse, Seretse debía volver a casa, casarse con alguien de su propia etnia y convertirse en líder.


Pero el príncipe africano se enamoró de Ruth.

Cuestión racial

“Era sorprendente cómo tenían tanto en común, viniendo de contextos tan distintos”, le contó Muriel Williams, hermana de Ruth, al programa Witness (Testigo) de la BBC.


“Conectaron desde el primer momento. Es difícil de describir, pero la atracción estaba ahí”.

La pareja quería casarse por la iglesia anglicana, pero se toparon con diversos obstáculos.

En Londres la cuestión racial era complicada en aquella época, según recuerda Williams: “Los blancos y los negros no salían juntos en Reino Unido. Menos una mujer blanca con un hombre negro”.


Los prejuicios también venían de África.

El padre de Seretse había muerto cuando este era un niño y había sido criado por su tío, Tshekedi Khama. Este último no estaba de acuerdo con la relación entre su sobrino y Ruth.

Se negaba a que hubiera un jefe de tribu con una novia blanca.

Un día antes de la boda religiosa, el tío escribió a la Sociedad Misionera de Londres para pedirles que la detuvieran.


Tshekedi Khama logró su propósito. “Pero Ruth era muy valiente y Seretse también”, dice Muriel. Así que siguieron con sus planes de casarse.

Exilio

Seretse obtuvo una licencia de matrimonio civil y contrajo nupcias con Ruth en 1948, cuando él tenía 27 años y ella, 25. La unión desató polémica a nivel internacional.

Hubo protestas en Sudáfrica, donde estaban prohibidos los enlaces interraciales por el régimen del apartheid.


Algunos no aprobaban que hubiera una pareja mixta en una posición tan importante y en un país limítrofe como Botswana.

Winston Churchill, primer ministro británico durante la Segunda Guerra Mundial y de 1951 a 1955, dijo que eran una pareja muy valiente, pese a que él mismo desaprobaba el vínculo.

El gobierno británico envió un equipo especial a Bechuanalandia para ver si Seretse era adecuado para convertirse en el kgosi de los Bamangwato.


Aunque el comité no encontró nada malo en Seretse, Reino Unido lo exilió en 1951 y no pudo volver a su tierra natal por casi seis años.

En 1956 renunció a sus derechos tribales y él y su esposa se mudaron a África como ciudadanos ordinarios.


Sin embargo, Seretse encontró el camino para ponerse al frente de sus compatriotas.

Nuevo líder

Recorrió todo el país y en 1962 fundó el Partido Democrático de Bechuanalandia. En 1965 fue elegido primer ministro.

En setiembre de 1966, cuando Bechuanalandia se independizó de Reino Unido y pasó a llamarse República de Botswana, Seretse se convirtió en el primer presidente del país y Ruth en la primera dama.


Khama fue reelegido como mandatario hasta 1979. Murió en 1980 mientras ocupaba el cargo.

La historia del matrimonio Khama ha inspirado dos libros (“Colour Bar: el triunfo de Seretse Khama y su nación” y “Un Matrimonio de inconveniencia: la persecución de Seretse y Ruth Khama”), una obra de teatro y ahora una película, A united kingdom (Un reino unido), que debe llegar a los cines próximamente.


La cinta es de la directora Amma Asante y está protagonizada por los británicos David Oyelowo y Rosamund Pike.

Una vez, cuando Seretse Khama estaba recorriendo Botswana, se le malogró el auto en que iba.


Ruth fue quien lo arregló y Seretse, recordando el episodio, dijo: “Definitivamente me casé con la mujer adecuada”.