martes, 30 de octubre de 2018

Vicente García Valero y Emilia Vidal



En el Cementerio General de Valencia existe un nicho que esconde una historia de amor, obsesión y terror. Una historia real, más propia de un relato enigmático o sacada de una película con tintes de misterio.

Todo comenzó allá por el año 1877, cuando un joven valenciano, Vicente García Valero, de 20 años y actor de profesión, sobornó a golpe de dinero a una persona para recuperar el cuerpo de lo que más amó en vida y que la muerte le arrebató: su amada.

Aquel sobornó fue realizado al sacerdote que pocas semanas atrás había enterrado a Emilia Vidal Esteve, novia del actor y de 18 años fallecida por unas fiebres, en una fosa común con más cuerpos porque la familia de la joven no podía costearse un enterramiento digno.

Tras las intentonas de García Valero, y la exhumación clandestina realizada un 24 de diciembre de 1877, nuestro protagonista pago por entonces 50 pesetas de la época por un nicho, las cuales le valieron para adquirir a un precio desorbitado el nicho 1501 del Cementerio Municipal de Valencia.

La avaricia le pudo al sacerdote y García Valero consiguió recuperar el cadáver de su enamorada y querida Emilia. Todo hasta aquí sería normal sino fuera porque en las memorias de García Valero, que Don Rafel Solaz (conocido por su ruta del Museo del Silencio o por su librería anticuaria Rafael Solaz) ha estudiado y que llevan por título “Páginas del pasado”, el actor cuenta cómo consiguió, tras arduas gestiones, recuperar el cuerpo el día de Nochebuena de 1877.

Curiosamente, aquí es donde empieza la historia de obsesión del actor, ya que al desenterrar y abrir el féretro, García Valero relató que la joven “parecía como dormida”, cuando en realidad su estado de putrefacción y descomposición debía de ser avanzado. El amor ciego que sentía el valenciano por su amada daría comienzo a una historia de obsesión que ha perdurado hasta nuestros días gracias al libro y al rescate de personas interesadas en la historia.

Vicente llegó a casarse con la hermana de su difunta esposa, Ángela, donde fruto de este matrimonio tuvieron una hija, a la que curiosamente llamó como la fallecida, Emilia. Su obsesión era tal, que cada año, durante muchos años, mandaba todos los 1 de noviembre dinero al cementerio para que limpiaran el nicho y lo adornaran de flores, tal y como relata en el libro que el mismo escribió, “Páginas del pasado”.

La desgracia le llegó de nuevo, puesto que su hija falleció, donde además le llegó nuevamente la muerte de su esposa. La muerte de su hija quedaría en segundo plano si no fuera por el testimonio de un cartero, que tras entregar el correo justamente el día que murió la hija de Vicente, de 4 años de edad, éste abrió la puerta para recibir la correspondencia llevando a su hija en brazos. Al ver el cartero la niña en brazos y dormida, le preguntó si estaba dormida y García Valero respondió “no, está muy dormida, esta muerta”

Para más INRI, la obsesión del actor no acabaría aquí, ya que se volvió a casar con otra hermana, Amparo, pero es quizás cuando os preguntareis si Vicente creía, en sus pensamientos y convicciones, que con quien se casaba en realidad era con las hermanas o con Emilia.

Vicente, que como os hemos contado, vivió por y para el teatro entre Madrid y Valencia, donde su pasión por lo terrorífico se reflejaba en su libro y en los escenarios (le encantaban las calaveras y toda esa temática más propia del terror), marchó a vivir a Madrid en su segundo matrimonio. En el libro se refleja la pena y tristeza por haber establecido el domicilio habitual en Madrid, ya que por la distancia a pesar de poder atender las necesidades del nicho o encargarlas mejor dicho a golpe de dinero, no podía visitarlo.

Pero un día dejó de enviar dinero, al acercarse el 1 de noviembre de 1911, puesto que la situación económica empeoró. Pero como casi todas las historias, que tienen un final feliz, todo en la vida de Vicente García Valero no iba a ser desgracia. La suerte, quizás, o no…hizo que su amada le devolviera en vida toda aquella entrega y amor.

A su paso por una administración de lotería cercana al teatro Apolo, por casualidad, y al ver Vicente un décimo acabado en 1501, éste compró dicho número para el sorteo del 10 de octubre de 1912…y le tocó. Gracias al dinero premiado con el décimo, 6000 pesetas de la época, una fortuna, Vicente pudo seguir pagando los arreglos de la lápida cada primero de noviembre hasta su muerte el 12 de octubre de 1927.

Para dejaros con el misterio, en las investigaciones de Don Rafael Solaz sobre esta historia, se ha descubierto que junto a los restos de Emilia reposan la madre de García Valero y un niño de corta edad…

A pesar de esto, al parecer Vicente debe de estar enterrado en Madrid ya que no aparece en el registro del Cementerio Municipal de Valencia. Lo extraño del caso es que hace poco, en noviembre de 2015, alguien había colocado un ramo de flores en el nicho y no se cree que todavía quede algún familiar. ¿Es posible que el estudio de Rafael Solaz tal vez haya provocado que alguna persona se acuerde de Emilia y de Vicente? No cabe duda que el misterio seguirá siendo el hilo principal de esta historia. Así que, cada vez que paséis por delante del nicho 1501, seguramente lo veréis con otros ojos después de leer estas lineas.

Por cierto, en el último año alguien que conoció la historia a través de las redes sociales, en una visita al Museo del Silencio o por Cuarto Milenio, desde entonces sitúa flores todos los 1 de noviembre (desde hace unos cuantos años) al lado del nicho 1501…

sábado, 27 de octubre de 2018

Montserrat Caballé & Bernabé Martí



Un beso de Pinkerton a Cio-Cio-San, los dos protagonistas de la ópera «Madama Butterfly» fue la chispa que encendió una de las más bellas historias de amor del mundo de la ópera: la de la recientemente fallecida Montserrat Caballé y su viudo, Bernabé Martí.

Bernabé Martí -su nombre real era Bernabé Martínez- era, en 1963, año en el que conoció a Montserrat Caballé, un tenor de una prometedora carrera, que cantaba con asiduidad en Francia y Alemania. Había nacido en la localidad zaragozana de Villaroya de la Sierra el 14 de noviembre de 1928, en el seno de una familia campesina numerosa -fue el más joven de seis hermanos-. A los trece años tuvo que dejar de estudiar para trabajar la tierra y, posteriormente, pastorear cabras.

Su historia es similar a la de Julián Gayarre, el eximio tenor navarro, que también fue pastor. A Bernabé Martí le apasionaba la música, e incluso llegó a aprender solfeo. Le encantaba, a la menor ocasión, cantar jotas. Un día le escuchó el párroco de la ermita de la Virgen de la Sierra y se lo llevó a Zaragoza tras convencer a sus padres. 

Allí le oyó el maestro de capilla del Pilar, Juan Azagra, que lo acogió en el coro. Tras un año allí estudió en Madrid con José Luis Lloret. En 1953 consiguió una beca de 5.000 pesetas de la Diputación de Zaragoza para estudiar en el Conservatorio de Santa Cecilia de Roma, y amplió su formación en Siena y Milán con Mercedes Llopart -maestra de Alfredo Kraus-. Debutó en 1956 en Zaragoza cantando un recital en las fiestas del Pilar, y dos años más tarde cantaría «La vida breve», de Falla, en el Festival de Granada, junto a Victoria de Los Ángeles. En 1960 debutó en el Liceo barcelonés con la ópera «La cabeza del dragón», de Lamote de Grignon.

Montserrat Caballé le escuchó por vez primera en el teatro Calderón de Barcelona a principios de los años sesenta. Cuando enfermó el tenor que iba a cantar con ella en La Coruña «Madama Butterfly», la soprano se acordó de ese joven cuya voz le había impresionado, y tras algunas dudas por ser una ópera que no conocía, Bernabé Martí aceptó sustituir al tenor previsto.

Durante los ensayos, y para impresionar a Montserrat Caballé, Bernabé Martí besó a la soprano de manera tan inesperada como apasionada. «Bernabé -recordaba la soprano después de que Martí le sorprendiera durante los ensayos con un apasionado beso- no era como los otros que me hacían cumplidos por cosas triviales y luego se ponían a hablar de sus actuaciones. Aquel beso me cogió por sorpresa. Y aunque yo solo lo había visto unas pocas veces, supe que era el hombre de mi vida».

Se casaron el 14 de agosto de 1964 en el monasterio de Santa María de Montserrat, en Barcelona. Durante un tiempo los dos siguieron con sus respectivas carreras, que intentaban hacer coincidir todas las veces que podían. La de Montserrat dio un vuelco el 20 de abril de 1965, cuando sustituyó a Marilyn Horne en «Lucrezia Borgia» en el Carnegie Hall de Nueva York. Bernabé cantaba con asiduidad en Europa y Estados Unidos.


En 1972, Montserrat y Bernabé cantaban «Norma» en París. El tenor se sintió indispuesto, y en Barcelona se descubrió que tenía prácticamente inutilizado el pulmón izquierdo debido a una afección contraída en la infancia. Mejoró gracias al tratamiento pero disminuyó su actividad hasta que en 1985, y a causa de una lesión cardíaca, decidió poner fin definitivamente a su carrera. Ofreció su última actuación en Ripoll (Gerona) y se dedicó desde entonces a acompañar a su mujer y a cuidar de sus dos hijos, Bernabé y Montserrat.

La voz de Bernabé Martí se puede realizó varias grabaciones, entre ellas las óperas «Il pirata» y «Madama Butterfly», la zarzuela «Marina»; un disco de romanzas de zarzuelas y otro de dúos junto a su mujer.



miércoles, 24 de octubre de 2018

Ginebra & Lancelot



El rey Arturo encomendó a Lancelot su mejor caballero de la tabla redonda que trajera a Ginebra a Camelot para casarse con ella, en el viaje ambos se enamoraron. En cuanto llegaron a Camelot , Arturo y Ginebra se casaron y Ginebra se convirtió en el centro de la corte.

Allí Morgana se enemistó con ella por expulsar de la corte a Sir Guiomar su amante y sobrino. Debido a este amor prohibido entre Lancelot y Ginebra que llego a oídos de los enemigos de Arturo la aprovecharon para acusar a Ginebra de adulterio y a Lancelot de traición al reino.

Esto llevo a que Ginebra fuese condenada a la hoguera y Lancelot fue expulsado fue expulsado del reino , pero el amor que Lancelot sentía por Ginebra le hizo querer salvar a la reina de la hoguera al intentar salvarla mató a dos hijos del rey , lo que derivó a una guerra en la que murieron todos los caballeros de la mesa redonda a excepción de Lancelot.

Ginebra recibió la noticia de la muerte del rey Arturo y de todos los caballeros de la mesa redonda cuando estaba encerrada en la Torre de Londres donde voluntariamente se había encerrado para no caer en manos de Mordred.

Tras esto se dirigió a Amesbury donde había un convento en el que la reina ingreso y decidió vivir allí anónimamente hasta que murió, por su parte Lancelot tras haber hablado con Ginebra por última vez en el convento abandono la vida de caballero y se convirtió en un monje ermitaño. Años mas tarde Lancelot tuvo un sueño en el que se le aparecía un ángel que le dijo que debía de construir un fetreo con ruedas , dirigirse a Amesbury donde encontraría muerta a la reina , así lo hizo recogió el cadáver de Ginebra y lo enterró junto al del rey Arturo.

Una poesía relacionada con esta historia.

Allí, noche y día, teje
un mágico lienzo de alegres colores.
Ha oído un susurro advirtiéndole
que una maldición caerá sobre ella
si mira hacia Camelot.

Pero aún gozando en tejer
en su lienzo las visiones del mágico espejo,
-cuando a menudo en las noches silenciosas
un funeral, con velas, penachos
y música, se dirigía hacia Camelot;
o cuando la luna estaba en lo alto,
y llegaban dos amantes recién casados-
“Cansada estoy de las sombras”,
dijo la Dama de Shallot.

“Tirra lirra”, por el río
cantaba Sir Lancelot.

Ella dejó el lienzo, dejó el telar
y miró hacia Camelot.
La tela salió volando y ondeó en el vacío;
El espejo se quebró de lado a lado;
“la maldición cae sobre mí”, gritó
la Dama de Shallot.

sábado, 20 de octubre de 2018

Pierce Brosnan & Keely Shaye Smith



"Gracias por el amor, mi amor, de estos últimos 25 años y de los que vendrán", ha declarado el actor en sus redes sociales con una romántica imagen en la que ambos se miran como si se mirasen por primera vez.

Y es que en estos tiempos modernos y líquidos, hablar de una historia de amor que sobrevive en la línea del tiempo y de la rutina, es toda una noticia. Si además, hablamos de la vorágine sentimental que sacude a Hollywood y a sus actores, la noticia es, si cabe, más reseñable.

Brosnan de 65 años, y Keely Shayne , de 54, se casaron en agosto de 2001 en una bonita ceremonia que tuvo lugar en Irlanda. Tienen dos hijos juntos, Dylan, de 21 años, y Paris, de 17.

Tras la pérdida de su primer amor debido a un cáncer, el actor quedó profundamente devastado hasta que conoció a esta periodista que le devolvió de nuevo la alegría de vivir y de volver a querer. Muchos años, dos niños, muchos días y muchas cosas vividas juntos forjan esta bonita y verdadera historia de amor.

"Me encanta su vitalidad, su pasión. Tiene una fuerza que me resulta imprescindible en la vida. Cuando me mira me ablando". Ha declarado Pierce sobre Keely. ¡Larga vida a este amor!

El actor comentaba recientemente sobre tan importante efeméride en sus redes sociales. ¡El amor vence!

La triste historia de vida de Pierce Brosnan

Tras una dura infancia, el actor tuvo que afrontar la muerte de su primera mujer y su hija adoptiva, pero salió adelante

Pierce Brosnan abrió su corazón y habló de cómo atravesó las duras pérdidas de su mujer Cassandra y su hija, Charlotte, ambas fallecidas por un cáncer de ovario. Además, aseguró que él no es de esas personas que miran el vaso mitad lleno.

Ahora, el actor está casado y feliz. En 1994, el destino lo cruzó con la periodista Keely Shaye Smith con quien se dio una segunda oportunidad. Pero antes, las cosas no habían sido nada fáciles para el ex James Bond. En los 70, conoció al primer amor de su vida, la australiana Cassandra Harris, con quien se casó en diciembre de 1980 y tuvo un hijo, Sean. Ella tenía dos niños de su relación anterior y él decidió adoptarlos, ellos eran Charlotte Emily y Christopher. Luego de varios años de comportarse como un clan y de viajar por el mundo acompañando a Pierce en su carrera, una noticia cambió el curso de las cosas: Cassie tenía un agresivo cáncer de ovario. Recién llegados de India a Londres, se enteraron que la australiana sufría del mismo mal que se había llevado a su madre.

"Desde el primer día, nos pusimos a darle batalla. No era un tumor pequeño, había invadido a Cassie. Pero ella tomó su destino en sus manos con coraje y elegancia. Averiguaba qué tratamientos había y decidía cuál llevaría adelante", contó el actor. Si bien él no podía transitar la enfermedad junto a ella y se sentía como un personaje secundario, siempre estuvo cerca de su mujer ayudándola como podía.

Fueron cuatro años de tratamiento, que incluyeron ocho cirugías y un año y medio de quimioterapia. Pero no pudieron contra la enfermedad, antes de abandonar la batalla, la familia se instaló en una casa en Malibú, donde Cassandra se dedicó enteramente a decorarla y convertirla en un hogar para sus niños. Luego de intentarlo todo, a fines de 1991, entendieron que no había más que hacer y fue la misma australiana quien trataba de contener a Pierce.

"Hay una increíble crueldad en perder a la persona con quien compartiste todo. Esta es la primera vez que experimento el duelo y es algo abrumador", había dicho Brosnan a People en 1992, meses después de que Cassie perdiera la vida. Pero él tenía tres motivos para seguir adelante: sus hijos. "Ella me ha hecho el hombre que soy, el actor que soy, y el padre que soy. Va a estar siempre conmigo. Fui bendecido de haber conocido una persona como ella", dijo en ese entonces.

Pero 22 años después la tristeza volvía a golpear la puerta del actor. Charlotte Emily, su hija adoptiva, moría a los 41 años, tras una larga lucha contra un cáncer de ovario, la misma enfermedad que había padecido su madre . "Charlotte luchó contra el cáncer con elegancia y humanidad, coraje y dignidad. Nuestros corazones lloran la pérdida de nuestra preciosa hija. Rezamos por ella y porque se tenga a mano pronto la cura frente a esta maldita enfermedad", había expresado Brosnan en ese momento. Madre de Isabella y Lucas, Charlotte había decidido alejarse de la actuación para dedicarse de lleno a su familia.

Pierce tuvo una recaída con la pérdida de su hija, y gracias a su nueva mujer, y sus cuatro hijos (dos de Cassie y los dos que tuvo con la periodista, Dylan y Paris) pudo salir adelante.

martes, 16 de octubre de 2018

Zal & Rubadeh



En las diferentes culturas existen leyendas y mitos acerca del amor. Si consultamos la cultura persa nos encontramos con una historia de amor de referencia entre Zal y Rudabeh. Una vez más el amor triunfa ante la enemistad pero para conocer la historia leed a continuación:

Zal, hijo de Sam que es el líder del Feridun, había nacido con el pelo blanco como la nieve. Semejante extraña característica dio lugar a que su padre tema de que su hijo era hijo de un “daeva” que era un espíritu maligno y, a consecuencia de ello, tuvo que abandonar a Zal en el pico de una montaña. Un pájaro denominado “simurgh” con poderes mágicos cogió el niño llorando y se lo llevo a su nido.

Sam, al tener un sueño en el que se le decía que su hijo vivía, empezó a rezar para que su hijo volviera a casa. El pájaro le explico a Zal de que tenía que volver a su padre y le enseño el cómo llegar a su casa, pero antes de despedirse le dio una pluma suya mágica para que le protegiera del mal.

Sam recibió a su hijo con los brazos abiertos y mucho amor y le proclamo el jefe de la región Zabulistan. Debido a que Zal quería conocer más acerca del mundo decidió emprender un viaje para ir conociendo diversos lugares y ciudades entre cuales Kabul.

El líder del Kabul era descendiente de Zohak, enemigo de Sam y del rey persa. Zal era consciente de que debía evitar a cualquier costa un encuentro con el denominado líder pero aún así era muy interesado en conocer a su hija, Rudabeh descrita como: “Es igual de hermosa como la luna/Con sus rizos de pelo moreno hasta los pies/Su presencia hace que los hombres se sientan en el cielo…”

Rudabeh había oído hablar de Zal, principalmente de su pelo blanco como la nieve y mostraba interés en conocerle. Sus sirvientas al conocer el interés de su ama por Zal, fueron a recoger rosas en la zona donde se encontraba el asentimiento de Zal. Estas le dijo que si se empeñaba podía conseguir que Rudabeh fuera suya a lo cual él le envío a través de sus sirvientas regalos como piedras preciosas, vestidos y joyas.

Rudabeh invito a Zal a un sitio escondido de su palacio y fue donde se conocieron y se enamoraron. Los días que siguieron fueron muy tristes porque el rey persa había decidido matar a todos los descendientes de Zohak. Fue entonces cuando Zal le confesó a su padre el amor por Rudabeh. Sam consulto a los astrólogos y averiguo que los dos enamorados darán vida a un hijo que se convertirá en un gran luchador. Sam le envió a Zal con una misiva al rey persa, mediante la cual pedía el permiso de la celebración del matrimonio entre su hijo y la hija del enemigo. El rey persa, al igual que Sam, consulto los astrólogos y al recibir el mismo mensaje dio su consentimiento para el matrimonio.

Zal y Rudabeh se casaron en el sitio donde se vieron por primera vez. Al estar embarazada y a punto de dar la luz, Rudabeh enfermo gravemente hasta morir. Zal, al tener guardada la pluma del pájaro “simurgh”, la echo al fuego y se hizo la aparición el pájaro mágico que les aconsejo que curara a Rudabeh con el vino. Rudabeh se curó y dio la luz a un héroe, según la profecía del pájaro simurgh.

domingo, 14 de octubre de 2018

Troilo & Crésida



Este drama en cinco actos y en verso y prosa fue escrito por Shakespeare alrededor del año 1602. Apareció impreso in-quarto el año 1609 y en el in-folio de 1623, en cuya lista de obras no figura el título; el texto se ubica después de los dramas históricos y antes de las tragedias. La discontinuidad entre las escenas troyanas y las del campo griego, y el contraste entre el estado de guerra activa que caracteriza las primeras y la tregua presupuesta por las segundas, han dado pretexto a algunos críticos que han creído observar diferencias de estilo que indican diversidad de manos o de fechas.

Directa o indirectamente este drama bebe en cuatro fuentes: el poema Troilo y Crésida de Chaucer; El sitio de Troya de John Lydgate (1373-1451?) o la Colección de las historias de Troya de William Caxton (1422?-1491), ambos derivados de la Historia Troyana de Guido delle Colonne, para las partes que se refieren a escenas de guerra; El testamento de Criseida de Henryson; y finalmente Homero (sin que se pueda precisar en qué forma Shakespeare debió de conocer el contenido del poema homérico) para la caracterización de los héroes griegos y la introducción de Tersites.

Del mismo modo que Chaucer, por medio del sensual y cínico Filóstrato, se remonta a la fórmula medieval del amor cortés, Shakespeare, por medio del caballeresco y sentimental Troilo y Crésida de Chaucer, se remonta al espíritu del Filóstrato. Con sus fundamentos medievales, sus fragmentos de clasicismo griego y su fachada típica del siglo XVI, el drama de Shakespeare es quizás el más abigarrado de todo su teatro.

Da título al drama la bien conocida historia del amor del joven Troilo por la consumada coqueta Crésida (Criseida), la cual, más que inclinada a la intriga, finge ceder con gran repugnancia a las insistencias de su tío Pándaro, y, enviada después al lado de su padre Calcante entre los griegos, en un cambio de prisioneros, no tiene reparo en ponerse a coquetear acto seguido con Diómedes.

Guiado por Ulises, Troilo sorprende junto a la tienda de Calcas el coloquio en que Crésida cede a las instancias de Diómedes, hasta el punto de darle la misma prenda de amor que ha recibido de él. En la batalla Troilo intenta desesperadamente y en vano matar a su rival; al final del drama se nos muestra maldiciendo a Pándaro.

Pero las escenas relativas a este asunto no representan sino parte del drama. La obra es toda ella una sucesión de cuadros en que la epopeya está vista con mirada desencantada y despiadada. Pomposas descripciones, arengas de héroes, todo sirve para hacer resaltar la fundamental y despreciable causa de la guerra y la disolución que la prolongan. Ni Agamenón con su autoridad suprema, ni Menelao con el recuerdo de los ultrajes padecidos, ni Néstor con su experiencia ni Ulises con su sabio arte de gobernar pueden en modo alguno hacer que los acontecimientos sigan por buen camino.

Finalmente, cuando se organiza un singular combate entre el fanfarrón Ayax y Héctor, este último deja el duelo por no dañar a Ayax, que es primo suyo. Aquiles es presentado a la luz menos favorable que se pueda imaginar. Después de hacerse rogar largo tiempo para salir de su inercia (amenizada por el bufón Tersites), recurre al engaño cuando llega a encontrarse frente a Héctor, haciendo que sus mirmidones rodeen y maten al guerrero troyano inerme.

La muerte es omnipresente en esta casi tragedia: pero como lo trágico no tiene el acento franco y directo de las grandes tragedias de Shakespeare, la muerte no nos muestra nunca su franco y duro rostro de severa Musa heroica, sino sólo la chata bestialidad de su perfil indeciso y traidor. Está por todas partes, como corrupción y putrefacción insidiosa, como consunción sutil; es disgregación en vida, como en Hamlet, tragedia del mismo temple, escrita a poca distancia de Troilo y Crésida. El amor cortés (Troilo) es contaminado y conducido a rápida descomposición por el hálito de lupanar que emana de Pándaro; el honor caballeresco (que tal es la guerra, para Héctor y para Shakespeare) es manchado y deshecho por el cinismo de Tersites. El campamento griego es el nuevo mundo que surge en el siglo XVI: no busca la gloria y el honor, sino el poder, logrado a toda costa; un mundo maquiavélico gobernado por la inteligencia y no por la pasión.

miércoles, 10 de octubre de 2018

Robert Pattinson & Kristen Stewart



Una farsa maravillosamente romántica

Cinco años después de la ruptura, todavía muchos no se creen que el romance de la pareja fuese real

En octubre de 2012, Donald Trump escribió ocho (sí, ocho) tuits aconsejándole a Robert Pattinson que no volviera con Kristen Stewart. "Le ha engañado como a un perro, y volverá a hacerlo. Él puede aspirar a más. ¿Me he equivocado alguna vez?". Y continuó: "Esa relación está permanentemente rota", "él me lo agradecerá, sé listo, Robert". Fueron algunas de las valoraciones que el por entonces empresario publicó sobre la ruptura de las estrellas de Crepúsculo.

Trump se despidió invitando a Pattinson al certamen de Miss Universo (que él producía), sin recibir respuesta o confirmación de asistencia por parte del actor. Aquel octubre de 2012, pocos habrían podido predecir que cinco años después Kristen Stewart abriría el Saturday Night Live mandando un saludo al ahora presidente Trump y confirmándole que es "muy lesbiana". Pero esto es Hollywood. Cualquier cosa puede pasar.

No porque fueran los primeros. Tampoco serían los últimos. La relación entre Kristen Stewart (Los Ángeles, 27 años) y Robert Pattinson (Londres, 31 años) reseteó la cultura pop y, sobre todo, la forma que tiene el público de consumirla, porque ninguno de los dos la confirmó en ningún momento. El mundo entero se limitó a asumirla como real. Cinco años de titulares, rumores, infidelidades, paparazzis y teorías conspiranoicas durante los cuales ni Stewart ni Pattinson confirmaron nunca su relación. No hizo falta. Ya se encargaron los demás de escribirla. Durante las primeras entrevistas conjuntas para promocionar Crepúsculo (Catherine Hardwick, 2008), la química entre sus protagonistas resultó tan adorable que los medios tuvieron una idea. ¿Era real? Daba igual. Era sensacional.

Ambos eran guapos, millonarios y odiaban cada segundo de su compromiso contractual con la saga Crepúsculo. La prensa empezó a preguntarles por su relación, y el vacío que Kristen y Robert devolvían siempre como respuesta fue percibido por los medios como una gamberrada, una falta de respeto y una insubordinación.

¿Cómo se atrevían a no compartir su vida privada? No importó: la prensa iba a construir esa relación con o sin su ayuda. Y como medida de presión, les retrató como a dos niñatos desagradecidos. Los medios se ensañaron con Pattinson, y especialmente con Stewart por su permanente cara de no querer estar ahí. "A veces estoy, literalmente, conteniendo las lágrimas. Es una reacción física a toda esa energía que te arrojan", dijo Stewart. A esas alturas, los actores ya habían recibido sus respectivos apodos mediáticos tanto por separado (K-Stew y R-Patz) como juntos (Robsten). Eran oficialmente un producto. Tenían 19 y 22 años.

"Algunos me dicen que, si cuento con quién estoy saliendo, la gente dejará de ser tan voraz al respecto. Pero no es cierto. Porque si hablo empezarán a pedirme más detalles", dijo Stewart. "Una revista publicó que iba a casarme. Nadie sabe qué es cierto y qué no lo es", comentó Pattinson. "Hasta mi madre me llamó para preguntarme si era verdad", añadió.

El cuento de hadas se escribió rellenando los huecos generados por el silencio de sus protagonistas mediante la siempre oportuna y a menudo omnisciente figura de "fuentes cercanas a la pareja". Gracias a ellas, el mundo pudo seguir la relación sentimental de Robsten a tiempo real, incluyendo un evento anual en forma de estreno de cada nueva entrega de la saga, donde ambos estaban evidentemente obligados contractualmente a posar juntos.

La recaudación de la segunda parte de la saga, Luna nueva (Chris Weitz, 2009), duplicó a la de su predecesora, en parte gracias a que entre una y otra se generó la narrativa del romance de sus protagonistas en la vida real (628 millones de euros respecto a los 350 de Crepúsculo). Ahora que las adolescentes habían encontrado su propio Star Wars, el mejor merchandising posible era consumir, entre película y película, la vida privada de sus estrellas.

La renegociación del contrato de los actores atrajo tanta atención como su (a día de hoy, todavía supuesto) romance. El estudio quiso alargar artificialmente la vida de la saga dividiendo la última entrega en dos películas. Pattinson y Stewart solo habían firmado por cuatro, pero una cláusula les obligaba a protagonizar una hipotética quinta a cambio, eso sí, de un cheque distinto. Cada uno ingresó en torno a 35 millones de euros que, si no les compensaron por renunciar a su intimidad, sí les ayudarían a secar sus lágrimas. Y, entonces, el silencioso culebrón llegó a su acto final. Pero como sucede en los mejores melodramas, no terminó con discreción.

Las fechas son claves: la fantasía se desmoronó exactamente cuando la cuarta película, Amanecer, parte 1 (Bill Condon, 2011), salía en dvd y bluray; es decir, cuando expiró el contrato original de Stewart y Pattinson. El 23 de mayo de 2012 una cámara capturó por primera vez un beso entre Kristen Stewart y Robert Pattinson.

El 22 de julio de 2012 ambos acudieron juntos a los Teen Choice Awards para despedirse de los fans: la saga Crepúsculo había ganado 41 galardones con sus cuatro primeras películas y la ¿pareja? dejó hablar primero a su compañero, Taylor Lautner. Cuando llegó el turno de Pattinson, el británico agradeció "cinco años increíbles" para a continuación regalarle la enorme tabla de surf que representa el galardón al público asistente.

Kristen hizo lo mismo, y ambos parecieron estar quitándose un peso de encima. El fenómeno Crepúsculo se acababa, y con él el implacable acoso que habían sufrido durante esos cinco años. Pero durante ese discurso de agradecimiento, Kristen (y nunca sabremos si también Robert) sabían que en realidad empezaba otro cuento. Uno de terror.

Al día siguiente de los Teen Choice Awards se publicaron unas fotografías (tomadas seis días antes) en las que Kristen se dejaba besar el cuello por Rupert Sanders, casado, con dos hijos y director de la nueva película de Stewart, Blancanieves y la leyenda el cazador. Un día después, la actriz emitía un comunicado en el que reconocía, cuatro años después, su relación con Pattinson.

"Lamento profundamente el dolor y la vergüenza que he causado a mis seres queridos y a todos los que se han visto afectados. Esta indiscreción momentánea ha puesto el peligro lo más importante que hay en mi vida, la persona a la que más amo y respeto, Rob. Le quiero, le quiero, lo siento mucho", dijo la actriz.

Al día siguiente, los paparazzi fotografían a una contentísima Kristen paseando por Los Ángeles, en la que fue bautizada mediáticamente como "la primera fotografía de Kristen Stewart sonriendo". Ya nada tenía sentido. ¿Por qué una mujer que había logrado eludir a los paparazzi durante cuatro años cayó en este desliz en plena calle? ¿Se debía esa sonrisa al alivio, a la libertad o a un desafío contra los medios? Ninguno de los dos, evidentemente, iba a responder a las preguntas que se hacía todo ser humano con tiempo libre. Pero afortunadamente siempre podíamos recurrir a las infalibles fuentes cercanas a la pareja.

Se decía que Pattinson quería hablar de hombre a hombre con Rupert Sanders. Que casualmente tenía previsto pedirle en matrimonio a Kristen justo antes de la infidelidad. Que ella se había refugiado en una dieta de Red Bull y cigarrillos. Que con quien quería hablar Pattinson era con Liberty, la mujer de Sanders. Que James Franco (el que faltaba) le había tirado los tejos a Kristen Stewart durante el festival de Toronto, y que ella se lo estaba pensando porque "no hay nada mejor para el corazón roto de una chica que recibir la admiración de un hombre guapo", según una fuente cercana a la pareja.


Unas imágenes de Stewart entrando en su coche dieron la vuelta al mundo: aprovechando la suciedad del capó, alguien (en vez de escribir el atemporal "lávalo") había escrito "I 
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Y vaya si lo harían. Durante la primera aparición pública post-ruptura de Robsten (y, de momento, la última) en el estreno de Amanecer, parte 2 (Bill Condon, 2012) el lenguaje corporal, la dirección de las miradas y los movimientos de los labios mientras hablaban fueron analizados por los expertos correspondientes. Y así acabó este cuento. 

K-Stew y R-Patz recuperaron sus nombres reales. Y vivieron felices. Ya eran libres. Un par de años después, coincidieron en el Festival de Cannes reconvertidos en dos de las estrellas más valientes de su generación: él presentaba Mapa a las estrellas, de David Cronnenberg, y ella Viaje a Sils Maria, de Olivier Assayas. La única relación conocida de Robert es con la cantante FKA Twigs, mientras que Kristen ha salido con la cantante francesa Stéphanie Sikoliski, la diseñadora de efectos visuales Alicia Cargile y la modelo Stella Maxwell. 

El año pasado, Stewart definió su relación con Pattinson como un producto: "La gente deseaba tanto que Rob y yo estuviéramos juntos que nuestra relación fue transformada en un producto. No era la vida real". 

Robsten pervive en la mitología de Hollywood como una reliquia. Una historia de amor que solo fue confirmada públicamente por la persona que más se benefició de ella (el productor de la saga Crepúsculo), y por la propia Kristen Stewart cuando decidió saltarse el guion de este episodio de Black Mirror en carne y hueso.


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