jueves, 7 de junio de 2018

La leyenda de San Valentín



La historia de San Valentín comienza a mediados del siglo III en el Imperio Romano. Los primero cristianos era perseguidos y castigados con la pena de muerte, pero eso no impidió que Valentín mantuviese su fe, quedando en la historia como el patrón de los enamorados. El Imperio estaba en crisis y el emperador Claudio II pensó que los hombres casados rendían mucho menos en el campo de batalla debido al lazo emocionalmente con sus familias, mientras que los solteros sobresalían como los mejores soldados. Por esta razón, Claudio prohibió el matrimonio de soldados.

La noticia no fue bien recibida y Valentín, un ferviente cristiano que predicaba la palabra de Dios, se dedicó a realizar las ceremonias de los jóvenes enamorados en secreto, para unirlos en sagrado matrimonio, desobedeciendo las reglas del Emperador. En cuanto éste lo supo, Valentín fue apresado, enviado a la cárcel y obligado a renunciar al cristianismo, pero la fe del cristiano se mantenía firme.

Durante las últimas semanas de su vida, su carcelero había visto que Valentín era un hombre de letras y le llevó a su hija Julia para recibir lecciones. Julia era una joven ciega de noble corazón que comenzó a ver el mundo a través de los ojos de su profesor, quien le enseñó además la fuerza de la fe cristiana. Julia sólo deseaba poder ver, por lo que Valentín se arrodillo junto a ella y sostuvo sus manos en oración. De pronto, cuentan que una luz brillante iluminó la celda de la prisión y milagrosamente Julia recuperó la vista.

Antes de ser ejecutado, Valentin le envió una carta a Julia pidiéndole que se mantuviera cerca de Dios y la firmó “De Tu Valentín”. El día siguiente, el 14 de febrero del año 270, fue ejecutado cerca de una puerta que luego se llamaría Puerta de Valentín. Su cuerpo descansa en la que es hoy la Iglesia de Praxedes en Roma, donde se dice que Julia plantó un almendro de flores rosadas para su querido amigo.

Dos siglos después la Iglesia católica recuperó la historia de Valentín para aplacar una tradición pagana entre los fogosos adolescentes y nombró a San Valentín como el patrón de los enamorados. Con el tiempo las cartas y tarjetas de San Valentín se hicieron populares y adoptaron a Cupido como figura emblemática. Cada 14 de febrero los enamorados se envían mensajes de afecto y amor firmando “De tu Valentín”.



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