La pareja que fue símbolo de la esperanza en Nueva Orleans
Un año después de haberse enamorado y convertirse en la pareja ideal, Zackery se arrojó al vacío luego de convivir once días con el cadáver de Addie, a quien asesinó, violó y descuartizó.
Fueron la imagen del amor en la adversidad. Zackery Bowen y Addie Hall se enamoraron el mismo día en que el huracán Katrina llegó a la ciudad de Nueva Orleans.
Ella le dejó refugiarse en su apartamento esa misma noche y ahí empezó todo.
La prensa estadounidense les encumbró con el símbolo de la esperanza en medio de la tragedia.
Poco más de un año después, se han convertido en todo lo contrario. Zackery, de 28 años, se lanzó esta semana desde lo alto del balcón de una habitación de un hotel de la ciudad testigo de su amor. Antes, había matado, violado y descuartizado a Addie.
Y todo lo dejó por escrito. ¿El motivo? Que ella descubrió que le era infiel y decidió echarle de casa.
Tras el suicidio del joven, y tal y como dejo escrito en una nota, la policía se dirigió al apartamento que ambos compartían y se encontró con una escena dantesca: en la cocina encontraron la cabeza de la chica, carbonizada e irreconocible, en el interior de una olla, sus brazos y sus piernas en el horno, y su torso dentro del frigorífico.
En un cuaderno de notas, rescatado ayer por algunos medios de comunicación, dejó escrito con todo lujo de detalles cómo lo hizo. Primero, la estranguló en el baño, la penetró varias veces una vez muerta y luego troceó su cuerpo.
Puso el aire acondicionado a unos 12 grados para que no se descompusiera. Durante once días estuvo viviendo con los restos de la joven de 30 años.
«Estoy muerto de miedo no por haber matado a la mujer a quien amé durante un año y medio, si no de mi total falta de remordimiento», escribió Zackery en el macabro diario.
«Siempre supe la persona tan horrible que era», añadió antes de relatar la segunda parte de su macabro plan: gastarse los 1.500 dólares que tenía ahorrados en «comer bien, drogarme y tener a buenas strippers » antes de acabar con su vida.
Soldado en Irak
Él, originario de California y padre de dos hijos, trabajaba, como Addie, de camarero y sirvió al Ejército estadounidense en Afganistán e Irak. Su comportamiento, según los vecinos, era el de un ciudadano normal.
Su cuerpo presentaba 28 quemaduras de cigarrillo, las cuales, según su propio testimonio, representaban cada año de su vida. En las anotaciones que dejó dice, al referirse a la escuela, el trabajo, el Ejército, el matrimonio, la paternidad, la ética, el amor, que, «en cada uno de estos asuntos, al final, fracasé».
La noticia ha conmovido al país. El dueño de la casa que alquilaron, Leo Watermeir, contó que Zackery le había contado el pasado día 5 de octubre que su novia le había echado a patadas del apartamento por mentirle. «Ahora que pienso -añadió-, creo que estuvo bastante nervioso en los últimos días».
En la habitación del hotel desde la que saltó, en pleno Barrio Francés, la policía encontró otra nota: «Esto no ha sido un accidente. Me tuve que quitar la vida para pagar por la otra que me llevé».
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