jueves, 28 de julio de 2016

Ian y Larissa Murphy




A pesar de que él sufrió antes de la boda un accidente que le ha dejado con daño cerebral permanente, la chica no ha dudado en casarse. "Es muy simple, nos queremos", dice ella


Larissa e Ian se conocieron en la universidad en 2005. Los dos jóvenes, sanos, guapos, estilosos. Y pasaron diez meses de ensueño, en ese estado tan dulce de enamoramiento mezclado con vertiginosos planes de futuro. 


Tan claro tenían que lo suyo era amor de verdad que pensaban casarse rápidamente, tan pronto como acabasen sus estudios, apenas un año después de conocerse y prendarse el uno del otro. De aquella época feliz y perfecta hay fotos, muchas. 


Son las que ahora muestra Larissa para describir cómo era su existencia y su pareja antes de que un brutal accidente de tráfico diese al traste con esa época tan despreocupada y divertida. 


El 10 de septiembre, cuando Ian se dirigía al trabajo, cerca de Pittsburg (EE UU), sufrió un siniestro que le dejó unas secuelas terribles: daño cerebral permanente. 


¿Un horrible final para su historia de amor? No, quizá el principio de una mucho más grande, porque Larissa, enamorada hasta la médula de su chico, quiso quedarse a su lado -aunque al principio él ni siquiera podía comer o hablar- y se prometió a sí misma que si Ian mejoraba un poco y lograba algún día volver a comunicarse, se casaría con él. Y así ha sido. 


Es lo que muestra un vídeo de la pareja que está arrasando en internet. En las conmovedoras imágenes se ve su boda -muy campestre, con más sonrisas y lágrimas de lo habitual- y también su vida juntos.


En la pieza, Larissa explica cómo se trasladó a casa de los padres de Ian para para ayudarle tras el accidente. En esos días tan duros, ella se aferraba a una certeza. 


Una de las pocas que le quedaban en aquellos días tan negros. "Yo sabía cómo era él aunque no pudiese hablar, eso me ayudó mucho. Yo sabía que me quería", señala en la edición digital del rotativo británico 'Daily Mail'. 


Por eso, siguieron con el noviazgo como pudieron. Ella hablaba con él todo el tiempo. "Puede parecer raro que nos casásemos porque él no podía hablar ni comer. Pero la verdad es que nos lo pasábamos de maravilla y hablaba con él todo el tiempo", recuerda. 


Y, poco a poco, Ian empezó a comunicarse y a hacer avances, muy pequeños para el resto del mundo, pero gigantescos para Larissa.


Definitivos. Porque Ian empezó a comunicarse, a un nivel muy primario y apenas inteligible, y eso fue lo que a su novia la decidió a pedir permiso al juez para casarse, ya que él, debido a su estado, está incapacitado para tomar este tipo de decisiones. "Ustedes dos son un ejemplo lo que es el amor. 


Yo creo que el matrimonio no sólo les beneficiará a los dos, sino también a nuestra comunidad. Espero que todos en esta ciudad puedan ver el amor que se tienen el uno por el otro", manifestó el magistrado al darles permiso para la boda. "Con tristeza"


En la ceremonia se ve a Larissa radiante y preciosa, a los invitados, algo sobrecogidos, y a Ian, eufórico, levantando los brazos triunfal mientras le ayudan a estar de pie. 



Y en el vídeo también se ve su vida juntos una vez que ha dejado de sonar la marcha nupcial y los aplausos de los emocionados invitados. 


Ella le da de comer, le cuida y él, a cambio, la sigue con la mirada en todo momento, la llama "mujercita" y sonríe feliz cuando ella llega del trabajo y le da un beso. Sin embargo, esta no es sólo una historia de amor, también lo es e valentía. 


Ella afirma que aunque decidieron casarse, lo decidieron "con tristeza", conscientes de los problemas a los que tendrían que enfrentarse siendo sólo unos veinteañeros y también pide fuerzas a Dios para asumir la pérdida del hombre que una vez conoció. "Hemos visto a todos nuestros amigos casarse y tener salud. 


He visto a mis amigas y hermanas encontrar maridos que pueden bailar con ellas en sus bodas y llevarlas a la iglesia los domingos", admite ella con pena en el vídeo. Sin embargo, cuando la preguntan el por qué de esta decisión tan difícil que ha tomado -y que es considerada una temeridad o una muestra de inconsciencia por algunos-, no duda: "Es muy simple, nos queremos". Un sentimiento que salió ileso del accidente.








No hay comentarios:

Publicar un comentario