domingo, 7 de octubre de 2018

Marianne Faithfull & Mick Jagger



Ella era angelical. De él, el fotógrafo Cecil Beaton decía “la boca es casi demasiado grande, es bello y feo, femenino y masculino, un fenómeno raro.” En esa boca, que es inmortal gracias al pop art por el logotipo de Rolling Stones, se ve el apetito voraz de Jagger. 

En su momento la izquierda del 68 le declaró su ídolo, puesto que explicaba, “no debería haber tal cosa como propiedad privada”. Ahora no tiene ninguna afinidad de la utópica de los años 60.

Él encarnó el aspecto agresivo y duro, de cuando se decía que los tiempos estaban cambiando. Su deseo tenía una cierta pureza brutal. Como dijo el crítico estadounidense Robert Christgau: “lo quería todo y era lo suficientemente arrogante como para creer que se lo merecía”.

La historia de la música está repleta de canciones de amor y desamor. Hay muchas parejas que han vivido esas músicas. En los 60’s eran muchos los que salían en la foto, pese a moverse mucho. Era un mundo de rubias que todas las chicas querían imitar. 

Sobre todo, porque estaban en brazos de los chicos que les ponían. Mick Jagger era uno de ellos, sexualmente muy activo, con pinta de rebelde, uso de drogas, un poco bruto y andrógino.

Mariane era la chica que pululaba por los alrededores, fue una de las mujeres más fotografiadas del mundo durante su juventud. Con sus angélicas miradas y largas piernas, era la encarnación física de la parte más sexy de los años sesenta, sobre todo porque estaba cerca de las estrellas del rock que formaban su círculo de amantes (Brian Jones, Mick Jagger) y amigos (George Harrison, Paul McCartney, Bob Dylan). Marianne Faithfull difundía una sensación abiertamente sexual aumentada por su voz sensual y desenfrenada.

Jagger, su iabólica Majestad, conocía que Faithfull era descendiente del noble y escritor austrohúngaro Leopold von Sacher-Masoch, el que dio origen al término masoquismo, así que quedaba “cool” para su leyenda. Las “travesuras alimentadas por drogas” y las “escapadas amorosas” abundaron.

Hicieron a la baronesa groupie y le dieron una canción: As Tears Go By. También le llevaron a la aguja y a la cuneta. Ella tuvo en 1979 su resurrección: el célebre álbum de Faithfull Broken English apareció; hoy es considerado como uno de los grandes clásicos. Todavía hoy recibe derechos de autor de Sister Morphine.

Reniega de aquellos tiempos porque, según dice, está encantada en su casa leyendo y haciendo collages. “Los años 60 eran muy sexuales, y nunca me sentí cómoda, quiero decir, había sexo fantástico, pero reducir todo a eso empequeñece a una persona”. Además de algunos conciertos y visitar a su hijo Nicholas, al que perdió por la relación.

Jagger sigue su carrera de Casanova y ha tenido su último hijo con 73 años. Marianne no le odia pero dice que su mejor amante fue Keith Richards.

Su primera película, en 1966, fue Made in USA de Jean-Luc Godard. Después de separarse con Mick Jagger, se retira de la zona pública pero reaparece en cine y en los escenarios. 

En Marie Antoinette de Sofía Coppola en 2006. Quieren hacer una película sobre su vida: “siempre quieren convertirme en una mala persona. Siempre los hombres hicieron lo que yo hice, no entiendo por qué la gente es tan dura con las mujeres, pero lo es”.

Los dos siguen vivos: Jagger mucho mejor fisícamente, Faithfull mucho mejor espiritualmente. Fueron amores tóxicos, con engaños mentiras, infidelidades con los más cercanos y mucho pero mucho alcohol, drogas y swing.





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