lunes, 2 de julio de 2018

Tami Oldham & Richard Sharp



La historia real del trágico naufragio que cambió la vida de una joven pareja de prometidos.

El mar, siempre en el mismo lugar, y las estrellas, que canta el grupo Cala Vento, sirve de sinopsis acelerada de la película «A la deriva», que cuenta la increíble y trágica historia real de un naufragio. Tami Oldham fue la mujer que, junto con su prometido, se embarcó en un velero para disfrutar de una romántica aventura navegando desde Tahití hasta San Diego. Pero, debido a su falta de preparación y a una serie de negligencias, lo que se encontraron fue una terrible pesadilla que les llevó a navegar al filo de la muerte.

El caso es que la joven Tami Oldham (a la que da vida en «A la deriva» Shailene Woodley, protagonista de «Divergente») y su prometido Richard Sharp (Sam Claflin, de «Los juegos del hambre») no sabían entonces que iban a encontrarse con uno de los huracanes más devastadores de la historia. Tras la tormenta, Tami se despertó y vio el barco en ruinas y a Richard gravemente herido. Sin esperanza de ser rescatados, Tami tuvo que descubrir las fuerzas para salvarse a sí misma y al único hombre que había amado. Así comienza su nuevo viaje, una aventura cargada de amor, perseverancia y coraje.

Tami Oldham Ashcraft escribió esta aventura en el libro «Cielo rojo en duelo: Una historia real sobre el amor, la pérdida y la supervivencia en el mar», donde narra los angustiosos acontecimientos que vivió durante los 41 días tras el naufragio. El título hace un guiño al verso: «El rojo cielo de la noche, hace las delicias del marinero. El rojo cielo de la mañana, los marineros captan la advertencia». Pero en 1983, la sabiduría de ningún marinero podría haber preparado a Tami o a su prometido, Richard, para atravesar el huracán que cambió de rumbo y se abalanzó sobre su pequeño velero.

Oldham escribió el libro diez años después del accidente, junto a la guionista Susea McGearhart, y tardaron cuatro años en terminarlo. Los guionistas, Aaron y Jordan Kandell, enseguida le echaron el ojo para preparar «A la deriva». «Descubrimos la historia de Tami cuando estábamos escribiendo una película de ficción sobre una aventura de supervivencia en el mar. Adoptamos un enfoque muy periodístico en la investigación, y en seguida nos topamos con la historia de Tami», cuenta Jordan. «Nos quedamos despiertos toda la noche leyendo el libro. Es una historia tan poderosa y emotiva que instantáneamente supimos que teníamos que contarla. Nos dimos cuenta de que su increíble historia real era mejor que cualquier cosa que pudiéramos inventar. Al día siguiente, nos pusimos en contacto con Tami para tratar de escucharla de primera mano y buscar su colaboración y participación».

Los Kandells viajaron a la casa de Tami en las Islas San Juan, donde ella compartió sus recuerdos, diarios y fotografías, ofreciéndoles una comprensión mucho más profunda, íntima y matizada de su historia de amor con Richard y su angustiosa experiencia en el mar. «Tami es una mujer inspiradora y una narradora impresionante. Para nosotros fue importante no solo tener su visto bueno, sino también trabajar en estrecha colaboración con ella para representar su voz y su historia de la forma más auténtica».

Revivir el horror

Cuando llevaban la mitad del rodaje, la propia Tami visitó el set. «Fue increíble conocerla finalmente, pero también era muy consciente de lo emocional que debía ser la experiencia para ella, el trauma de estar atrapada en el mar. Es una persona tan profunda y fuerte que abrazó sin reparos la película. Espero que haya encontrado paz también a través de esta experiencia», recuerda la protagonista, Shailene Woodley, en las notas de producción de la distribuidora.

«Una de las primeras cosas que me dijo fue: 'Me recuerdas mucho a él', lo cual fue un momento muy especial para mí», cuenta, por su parte, el actor Claflin. «Tener su aprobación era muy importante para mí. La película es un equilibrio emocional delicado a muchos niveles: no estábamos haciendo un documental, estábamos haciendo una película, pero todos somos seres humanos».

Para Tami, el proceso de hacer una película sobre aquella trágica experiencia fua algo «emocional y surrealista». «Fue un sueño hecho realidad, ver todo el trabajo duro, la dedicación y la atención que todos tenían. Y todo para contar mi historia. Fue maravilloso cuando Shailene levantó la mano y dijo que haría la película; es simplemente perfecta y muy reflexiva y generosa. Y después, cuando Sam también aceptó, fue genial. Es extraño lo mucho que se parece a Richard, porque tiene esa actitud carismática que tenía Richard. Creo que el universo nos envió a Sam para interpretar a Richard. Estuve en contacto con los Kandells de forma intermitente durante cinco años mientras trabajaban en el guion. Baltasar fue la única opción en cuanto al director, no solo por su formación como marinero y cineasta, sino también porque es un ser humano amable y complaciente. Cuando llegué con la puesta de sol y vi a Shailene y el barco Hazaña destrozado, fue una experiencia increíble. Algo golpeó mi corazón. La experiencia en ese momento me hizo comprender que tenía una fuente de fortaleza interior y una voluntad de vivir que no había reconocido antes».

Rodaje en alta mar para ver el horror

El director, Baltasar Kormákur, es un ávido amante de la naturaleza y para representar las terribles circunstancias a las que se enfrentaron los protagonistas, rodó cámara en mano tanto como le fuera posible en un velero en medio del océano. «Baltasar es, literalmente, un vikingo. Es el hombre que te gustaría tener al mando en una película, especialmente una como esta. Le apasiona la Madre Naturaleza; por tanto, estaba en su medio natural. Por eso creo que “Everest” fue una película maravillosa: porque hizo que los actores vivieran realmente la experiencia. Fue increíble y muy valioso para Shailene y para mí hacer nuestro propio viaje, sin fingir. Es una fuerza de la naturaleza en sí mismo, que no solo quería que lo experimentáramos todo, sino que también quería estar allí experimentándolo con nosotros. Es resistente y muy paciente, e hizo que todo pareciese tan fácil que me decidía a hacerlo yo también. Sabía lo que quería, pero también dejó espacio para nuestras contribuciones. Tampoco tenía miedo de llevarnos al límite, porque sabía que podíamos. Todos dimos lo mejor gracias a él», recuerda Claflin.

A lo largo de gran parte de la película, Tami, el personaje de Woodley, que es una experta marinera, intenta llevar el bote dañado a un lugar seguro, incluso estando gravemente herida. Woodley se formó antes del rodaje para perfeccionar sus habilidades náuticas. «Me encanta nadar, el agua es algo que me apasiona. Tenía mucha práctica nadando, pero ninguna con la navegación. Pasé alrededor de un mes antes de la producción en Hawai aprendiendo cómo navegar en diferentes tipos de embarcaciones. Cuando llegué a Fiyi, navegué durante aproximadamente un mes antes de que comenzara el rodaje».

Dominar la destreza marinera de Tami era solo una parte de la preparación de Woodley. Ashcraft fue una guía genial para Woodley y Kormákur. «Su libro fue la mejor guía. Lo leí un par de veces. Quería entender su perspectiva y su forma de pensar, y el libro me ayudó muchísimo. Se convirtió en nuestro esquema de base durante el rodaje: todos los días, cuando estábamos a punto de hacer una escena, revisaba el libro junto con el guion. Hacíamos referencia a la escena del libro para asegurarnos de que estábamos siendo lo más veraces posible», recuerda la actriz.



2 comentarios:

  1. Hola Juan Pablo.

    Acabo de quedarme completamente enamorada con esta entrada, me parece precioso que hayas traducido algo TAN vital como esto 😍😍😍😍😍.

    Me impacta mucho leer todo esto y le da otro toque de intensidad a todo.

    Yo he escrito algo sobre la película y me encantaría leerte si quieres 😘
    http://mayuamoraprimeravista.blogspot.com/2018/08/temporada-de-cine-25-julio.html?m=1

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  2. Emocionante,Genial,triste,y amor verdadero.

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