El 9 de junio de 1865 un tren que se dirigía de Folkestone a Londres se descarriló y murieron 10 personas y 40 heridos.
Entre los pasajeros se encontraba Charles Dickens, quien ayudó en forma desesperada a una bella joven y se encargó para que la llevaran de inmediato a Londres.
Esa muchacha que tenía 26 años -en ese entonces Dickens tenía 53- era quien había hechizado al escritor y estaba haciendo pedazos su matrimonio. Se llamaba Ellen Ternan y era la musa inspiradora del escritor desde hacía 13 años.
A raíz del accidente nadie tenía idea de que Dickens estaba viajando con Nelly, como él la llamaba. La persona que más sufrió por capricho de Dickens fue, por supuesto, su esposa Catherine a quien nunca le gustó cuando su marido conoció a la familia Ternan en 1857.
Además de ser el novelista más famoso de la época, Dickens también fue actor y dramaturgo, y los Ternan eran una familia teatral conocida.
Apenas una semana después de conocer a los Ternan, Catherine Dickens descubrió que Dickens y Ellen Ternan habían protagonizado una obra juntos en Manchester llamada tío Juan, en el que un viejo se enamora de su pupila más joven.
Dickens, que en esta etapa tenía 45 años y Nelly 18, estaba viviendo una situación bien cliché: hombre de mediana edad, atrapado en un matrimonio con la mujer con la que había tenido todos sus hijos pero sin amor, tiene una crisis de mediana edad y empieza a vivir una vida de fantasía con su nueva musa.
Para colmo de males Catherine Dickens recibió un paquetito de un joyero de Londres.
Era un brazalete de oro, que el joyero entregó por error a la casa de Dickens, creyendo que era para su esposa. Sin embargo, la tarjeta dejó claro que estaba destinado a su nuevo amor, Nelly.
Catherine se enfureció con su marido, pero Dickens argumentó que su relación con Nelly era totalmente inocente, y que era perfectamente normal en el teatro enviar a la actriz protagonista pequeñas muestras de estima. El matrimonio continuó pero nunca se recuperó y al año siguiente la pareja se separó.
Cuando la separación se hizo pública Dickens tuvo una conducta vengativa hacia su ex mujer: les dio a sus hijos el mandato cruel de que no debían comunicarse con ella.
Dickens afirmó a sus amigos que el matrimonio había sido durante mucho tiempo infeliz, y que él y Catherine eran incompatibles. Catherine insinuó que Dickens era un adúltero, pero nunca se atrevió a hacerlo abiertamente. Casi nadie sabía de Nelly pues Dickens -que era tan famoso en la Inglaterra victoriana como las estrellas de rock lo son hoy en día- pensaba que se arruinaría su reputación si cualquier soplo de escándalo se hacía público.
Dickens era el escritor que había personificado las alegrías del hogar, la inocencia de la infancia y hubiera sido una gran decepción para sus lectores descubrir que cometía adulterio con una joven que podría ser su hija.
El escritor tomó medidas extremas para ocultar su relación con Nelly. Adquirió una pequeña casa de campo en Slough, donde él y Nelly se reunían fuera de las miradas indiscretas de la sociedad londinense.
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Uno de los biógrafos de Dickens especula sobre la posibilidad de que Nelly incluso dio a luz a un hijo en Francia, aunque esto nunca ha sido demostrado. La nueva película de la BBC sugerirá que ella tuvo un hijo con él y que murió en la infancia.
También supone que Nelly fue la inspiración de su más importante novela, Grandes esperanzas, como también de Nuestro común amigo, obra donde los personajes viven una mentira y pretenden ser otra cosa de lo que realmente son.
Dickens tenía 58 años cuando murió de una hemorragia cerebral. Su gran finca se dividió entre sus hijos y varias organizaciones benéficas. A Nelly sólo le dejó 1.000 libras esterlinas, la misma suma que dejó a una de sus hijas. Se especula que le dejó tan poco dinero pues no quería avergonzarla o causar escándalo a su familia, algo que un gran legado sin duda lo habría hecho.
Después de seis años de luto por Dickens, finalmente Nelly se casó con un clérigo. Cuando murió, en 1914, su hijo la enterró junto a su marido. Tiempo después, éste hijo se encontró con las cartas de su madre y Dickens: eran la evidencia de una relación amorosa. En ese momento se enfrentó a la familia del escritor y llegó a comprender la verdad. Nunca perdonó a su madre o Dickens.
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