domingo, 29 de abril de 2018

Ruth & Bob Kretschmer



El amor es el sentimiento más fuerte que existe. Conecta el alma,conecta nuestras vidas. El amor puede hacernos mover montañas, cruzar ríos, ir al fin del mundo, todo por la persona que comparte nuestra alma.

Las parejas que han estado casadas durante décadas conocen también este sentimiento.

Bob, de 92 años y Ruth Kretschmer, de 90, celebraron recientemente sus 71 años de matrimonio. Se conocieron en una pista de hielo antes de la Segunda Guerra Mundial.

Quienes querían a Bob saben que siempre irradiaba alegría, era un hombre con gran cantidad de energía y entusiasmo. De los dos, Ruth era considerada la más seria, pero muy amorosa.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Bob fue llamado a filas. Sirvió a su país con gran orgullo, logrando sobrevivir a los horrores que enfrentó, y regresó a casa para casarse con su novia Ruth.

En 1955, la pareja se estableció en la casa que Bob construyó para ellos en Illinois. Tenían animales enel patio, incluyendo un caballo, cabra, mapache gallos y perros irlandeses. La pareja se vio unida por su amor hacia los animales.

Ruth y Bob tuvieron tres hijos; sus hijas Roberta y Ruthann, y su hijo David. A lo largo de los años, su familia siguió creciendo, y finalmente Boby y Ruth tuvieron 12 nietos y 10 bisnietos. Sus hijos describían su relación como una historia de amor llena de “devoción, amor y coraje”.

Desafortunadamente, en sus últimos años tanto Bob como Ruth sufrieron problemas de salud. Ruth desarrolló alzheimer, mientras que a Bob le diagnosticaron cáncer de pulmón que se extendió por sus huesos e hígado.

Bob sabía que iba a perder su lucha contra la enfermedad, pero sentía que necesitaba sobrevivir lo máximo que pudiera, por el bien de su esposa.

“Estoy yendo cuesta abajo pero tengo que aguantar porque no puedo dejar que Ruth vaya a una residencia”, dijo Bob a un amigo cercano.

La pareja permaneció en la casa en la que habían vivido por 60 años, con camas de hospital colocadas tan sólo a metros de distancia. Sus tres hijos hicieron lo que pudieron para cuidar a sus queridos padres, consiguiendo ayuda cuando lo necesitaban de cuidadores.

Entonces, justo antes de las 10:00 AM, un viernes, Ruth dejó de respirar. Cuando murió, la familia creyó que era como si Bob pudiera sentirlo.

Una de las enfermeras sostuvo la mano de Bob llorando. Él le preguntó qué estaba mal.

“Ruth se ha ido”, le dijo.

Entonces, poco después, su mano se volvió fría.

Tan sólo 20 minutos después de que Ruth muriera, una enfermera del hospicio llegó para determinar su muerte. Su hija Ruthann recuerda el desgarrador momento.

Según Ruthann: “Ella dijo, ‘ella se ha ido,’ y ella se levantó, se giró y dijo, “Oh Dios mío, él se ha ido”.

“Fue como si le hubieran liberado de su tarea. Tan pronto supo que mamá fue declarada muerta a las 10:25, papá fue declarado muerto a las 10.26. Creo que en el fondo de su alma él aguantó por ella”.

Mientras toda la familia hacía luto por sus seres queridos, sabían que ésta era la forma en que Bob y Ruth habrían elegido irse. La pareja estuvo enamorada por tantos años que no podían soportar la idea de estar separados. Se aferraron el uno al otro hasta la muerte.

Descansen en paz, Bob y Ruth. Que vuestro amor continúe floreciendo a través de vuestra familia. Vuestro espíritu ciertamente vive a través de vuestros hijos.

miércoles, 25 de abril de 2018

Liang Shanbo & Zhu Yingtai



La leyenda de los Amantes Mariposa es una de las cuatro grandes leyendas populares de China y cuenta con cerca de 1.500 años de historia. Se trata de un relato sobre la fidelidad del amor más allá de la muerte, capaz de conmover a generaciones enteras y que se ha representado en la cultura china tanto en ópera, como en danza, música o cine.

En el poema “Jingxi zhuzhici,” Shi Chengyu, poeta de la dinastía Qing (清, 1644-1911), habla sobre un par de mariposas que ocupan un distinguido lugar dentro del folclore de la cultura china. Nacida en la provincia de Zhejiang, la leyenda de los Amantes Mariposa es una de las cuatro grandes leyendas populares de China. Sus cerca de 1.500 años de historia han ido moldeando el relato sobre la fidelidad del amor, capaz de conmover a generaciones enteras y merecedora de las varias iniciativas que en la actualidad tratan de concederle la denominación de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Cuenta la leyenda que en la dinastía Jin Oriental (东晋, 317-420) vivía en un pueblo de Zhejiang una familia acomodada, conocida entre sus vecinos como los terratenientes Zhu. Los Zhu tenían una hija llamada Zhu Yingtai, diestra en las tareas domésticas y en el bordado, pero cuyo gran anhelo era estudiar como lo hacían los hombres de la época. En la China antigua a las mujeres no les estaba permitido estudiar fuera de la casa paterna. A los quince años, decidió intentar cumplir sus sueños y se disfrazó con atuendos masculinos para poder ir a la escuela.

Vestida de hombre, Yingtai fue a ver a su padre y ni siquiera este fue capaz de reconocer su verdadera identidad por lo que, satisfecha, le hizo saber cuál era su intención. Ante la insistencia de la joven, su padre no pudo negarse y acabó cediendo. Con mucha ilusión, Yingtai emprendió su viaje hacia la escuela. En el camino, el calor asfixiante la obligó a parar en un pabellón para descansar a la sombra. Allí coincidió con Liang Shanbo, un apuesto muchacho que también pretendía comenzar sus estudios. Ambos conversaron con entusiasmo y descubrieron que tenían mucho en común. Inmediatamente los dos jóvenes entablaron una estrecha amistad y decidieron jurarse lealtad, se hermanaron bajo el pabellón y prometieron ayudarse mutuamente para siempre.

Durante tres años, los dos compartieron habitación en la escuela. Liang Shanbo cuidaba de Zhu Yingtai como si fuese su hermano pequeño y esta, para que su amigo no descubriera su verdadera identidad, estuvo años sin quitarse la ropa. A lo largo del tiempo, Shanbo demostró que, además de poseer un intelecto prodigioso, era honorable y respetuoso, con lo cual se ganó la admiración de Yingtai, que acabó enamorándose de él.

Transcurrido un tiempo, la familia de Yingtai le hizo llegar una trágica noticia: debía volver a su hogar, pues su padre había enfermado. Antes de partir, la joven entregó a su profesora un hermoso abanico de jade y le pidió que, llegado el momento, se lo cediera a Shanbo y le contara su intención de casarse con él. Shanbo, entristecido, acompañó a Yingtai en su partida a lo largo de 18 kilómetros. Durante todo el camino, la muchacha trató constantemente de hacer ver a Shanbo su verdadera identidad lanzándole todo tipo de indirectas que su amigo no supo interpretar. Cuando finalmente alcanzaron el puente que separaría sus caminos, Yingtai, desesperada por la actitud de su enamorado, fingió tener una hermana gemela idéntica a ella y le ofreció su mano a Shanbo que, atraído por casarse con una muchacha tan bella como su amigo, prometió visitarla el séptimo día del séptimo mes.

Cuando Yingtai llegó a su casa, descubrió que su padre se había recuperado. Este la había comprometido con un noble llamado Ma Wencai y Yingtai, apenada, no pudo sino acatar sus órdenes. Por su parte, Shanbo se concentró tanto en sus estudios que olvidó su promesa. No fue hasta cierto tiempo después, cuando recibió el abanico de Yingtai, que descubrió la realidad. Alterado, salió de la escuela y se dirigió al pueblo de los Zhu. Una vez allí, no encontró al chico con el que había vivido numerosas aventuras en el pasado, sino a una preciosa muchacha ataviada con un delicado vestido de terciopelo rojo y mangas turquesas, que sujetaba con sutil delicadeza un precioso abanico. La mirada de la hermosa joven escondía una profunda tristeza que le oprimía el corazón y que la llevó de repente a romper a llorar desconsoladamente mientras se lamentaba: “¿Por qué has tardado tanto? ¡Mi padre ya le ha entregado mi mano a la familia Ma!” Shanbo recibió la noticia como un puñal en el corazón, se maldijo a sí mismo por su error y, acto seguido, ambos se fundieron en un cálido abrazo. Al igual que años atrás se habían jurado amistad, en esta ocasión, entre sollozos, juraron que nadie sería capaz de destruir el amor que se profesaban, permanecerían juntos para la eternidad. Sin embargo, sus lamentos acabaron llamando la atención del padre de Yingtai que se acercó encolerizado, los separó violentamente y expulsó a Shanbo de su hogar.

El muchacho se sumió en una profunda depresión. Tras varias semanas sin dormir, una enfermedad le arrebató la vida. El día de su boda, Yingtai no pudo resistirse a las órdenes de su padre y subió al palanquín nupcial que la llevaría hasta su nuevo hogar. Cuando estaban en la mitad del camino, se originó un violento vendaval que obligó a la comitiva a detenerse. La sirvienta de Yingtai la avisó entonces de que justo delante tenían una tumba en cuyo epitafio parecía estar escrito el nombre de Liang Shanbo. Temiéndose lo peor, Yingtai aprovechó la confusión de quienes la acompañaban y forcejeó para bajar del palanquín y acercarse a la tumba.

Cuando pudo leer el epitafio del sepulcro, notó cómo las escasas ganas de vivir que le quedaban se le escapaban con las lágrimas que empezaban a empañarle la mirada y se dejó caer sobre el suelo, rendida, susurrando el nombre de aquel al que había jurado amor eterno. De repente, comenzó a tronar y el cielo descargó un enorme torrente de agua que hizo que todos los asistentes corrieran a refugiarse mientras miraban atónitos y desde la distancia cómo sobre la tumba se abría un agujero y cómo la novia se precipitaba hacia su interior. Cuando esta hubo desaparecido, la lluvia amainó, el cielo se despejó y los rayos del sol proyectaron un bonito arco iris sobre el campo mojado. De repente, dos mariposas gigantes emergieron de la tumba y comenzaron a alzarse hacia el cielo. Alegres, revoloteaban la una alrededor de la otra. En sus interiores moraban las almas de Liang Shanbo y Zhu Yingtai, los amantes mariposa que se perdieron volando por el horizonte, donde nunca más volvieron a separarse.

El origen de la leyenda de los Amantes Mariposa se remonta a la dinastía Jin. Desde entonces, a través de la transmisión oral, fue desarrollándose hasta llegar a la versión que hoy conocemos, narrada en su totalidad en el Diario del Templo Yizhongwang por Li Maocheng en la dinastía Song (宋, 960-1279). Es por su carácter universal que la leyenda ha podido sobrevivir al paso del tiempo. También por ello se ha convertido en una prolífera fuente de inspiración que ha dado pie a una abundante colección de obras teatrales, óperas, películas, etc. Destacan entre ellas la representación de la leyenda en la ópera Yue, una de las variantes más famosas de ópera china, típica de Zhejiang y característica por su tono elegante y suave, muy adecuado para la representación de relatos; y el concierto para violín de los Amantes Mariposa que, compuesto por Chen Gang y He Zhanhao, se ha convertido en una de las piezas musicales más conocidas de China. Ambas adaptaciones artísticas ayudarán a que la leyenda de los Amantes Mariposa siga propagándose en el tiempo y permanezca ligada a la cultura popular de la provincia de Zhejiang para la posteridad.



martes, 10 de abril de 2018

Céfalos & Procris



Céfalos era, en la mitología griega, un hermoso y apuesto joven que adoraba la caza. Una mañana temprano, cuando se disponía a realizar su actividad favorita, Eos, la diosa de la Aurora, lo vio y quedó prendada de él. Y, cómo no, decidió secuestrarlo y llevárselo con ella.

Pero Céfalos ya estaba enamorado. De hecho, no hacía mucho que se había casado con Procris, una bella y encantadora muchacha, favorita de la diosa Diana, la gran cazadora. Un día la diosa regaló a Procris el mejor perro de presa y una jabalina que jamás erraba en el blanco. Estos obsequios, a su vez, fueron dados por la joven a Céfalos, en prueba de su amor.

Así que, por mucho que insistió y porfió por conseguir el amor de Céfalos, la diosa Eos no consiguió su propósito. Era obvio que el joven amaba por encima de todo a Pocris. Cansada e irritada, finalmente lo liberó mientras le decía: ” Vete, mortal desagradecido, y cuida muy bien de tu esposa, pues si no me equivoco, algún día lamentarás haber vuelto con ella.”

Céfalos retornó al lado de Procris y siguieron la feliz vida que habían llevado hasta entonces. Pero algo estaba pasando en la región. Y no era bueno. Eos, empujada por los celos y el odio, había enviado un feroz y hambriento lobo a la zona. Los cazadores redoblaron sus esfuerzos para apresarlo, pero todo fue en vano. Parecía no existir nada que lo detuviese.

Decidieron ir a ver a Céfalos y pedirle que les dejara su famoso perro, cuyo nombre era Lelaps. Una vez suelto el perro, éste salió tan deprisa que, si no llega a ser porque había dejado sus huellas estampadas en la tierra, nadie diría que era real. Cuando Lelaps encontró al lobo, empezó una colosal lucha de poderes celestiales. Cada uno usó sus tretas contra su rival. Céfalos y el grupo de cazadores observaban desde lejos.

Llegó un momento en que los dos animales desaparecieron de la vista, e incluso Céfalos llegó a creer que había perdido a su perro Lelaps. Aún así, decidió seguirles la pista y cada mañana cogía su jabalina y se adentraba en el bosque en busca de los dos animales.

Un día, agotado y cansado, el joven se tendió en la hierba para tomar un respiro. Al notar el frescor del aire, dijo en voz alta: “Ven, dulce brisa, ven y apaga este calor que me quema.” Lo que él no sabía es que un campesino que pasaba por ahí lo había escuchado. Y no le faltó tiempo para correr a decirle a Procris lo que había salido de boca de su amado esposo. Ni que decir tiene que la muchacha pensó lo peor, que su esposo la engañaba.

Aún así, la joven no podía creerse tal cosa. Por lo que decidió comprobarlo por sí misma.

A la mañana siguiente, y sin que Céfalos se diera cuenta, Procris lo siguió. Una vez el joven llegó al lugar donde solía descansar y tumbarse, Procris se mantuvo escondida tras unos arbustos a la espera de ver si aparecía la presunta amante de su marido. Entonces Céfalos volvió a decir en voz alta: “Ven, ven a mi, dulce brisa, toma mi pecho y libérame de este calor”.

Al oírlo, la joven esposa comenzó a sollozar. Céfalos, confundió los llantos con el sonido de un animal y disparó su jabalina contra la espesura. Pero aquel grito no era de un animal. Era el grito de dolor de su amada esposa Procris!

Corrió hacia los arbustos y allí encontró a la joven, ensangrentada y herida de muerte. Intentó arrancarle la jabalina, pero no pudo. Se estaba muriendo. Antes de emitir su último aliento, abrió los ojos, miró a su marido y le dijo: “Si alguna vez me has amado, por favor, jamás te cases con la brisa.” Céfalos entonces entendió lo que había ocurrido y roto por el dolor, abrazó el cuerpo ya sin vida de su amada.

viernes, 6 de abril de 2018

Charles Dickens y Nelly Ternan



El 9 de junio de 1865 un tren que se dirigía de Folkestone a Londres se descarriló y murieron 10 personas y 40 heridos.

Entre los pasajeros se encontraba Charles Dickens, quien ayudó en forma desesperada a una bella joven y se encargó para que la llevaran de inmediato a Londres.

Esa muchacha que tenía 26 años -en ese entonces Dickens tenía 53- era quien había hechizado al escritor y estaba haciendo pedazos su matrimonio. Se llamaba Ellen Ternan y era la musa inspiradora del escritor desde hacía 13 años.

A raíz del accidente nadie tenía idea de que Dickens estaba viajando con Nelly, como él la llamaba. La persona que más sufrió por capricho de Dickens fue, por supuesto, su esposa Catherine a quien nunca le gustó cuando su marido conoció a la familia Ternan en 1857.

Además de ser el novelista más famoso de la época, Dickens también fue actor y dramaturgo, y los Ternan eran una familia teatral conocida.

Apenas una semana después de conocer a los Ternan, Catherine Dickens descubrió que Dickens y Ellen Ternan habían protagonizado una obra juntos en Manchester llamada tío Juan, en el que un viejo se enamora de su pupila más joven.

Dickens, que en esta etapa tenía 45 años y Nelly 18, estaba viviendo una situación bien cliché: hombre de mediana edad, atrapado en un matrimonio con la mujer con la que había tenido todos sus hijos pero sin amor, tiene una crisis de mediana edad y empieza a vivir una vida de fantasía con su nueva musa.

Para colmo de males Catherine Dickens recibió un paquetito de un joyero de Londres. Era un brazalete de oro, que el joyero entregó por error a la casa de Dickens, creyendo que era para su esposa. Sin embargo, la tarjeta dejó claro que estaba destinado a su nuevo amor, Nelly.

Catherine se enfureció con su marido, pero Dickens argumentó que su relación con Nelly era totalmente inocente, y que era perfectamente normal en el teatro enviar a la actriz protagonista pequeñas muestras de estima. El matrimonio continuó pero nunca se recuperó y al año siguiente la pareja se separó.

Cuando la separación se hizo pública Dickens tuvo una conducta vengativa hacia su ex mujer: les dio a sus hijos el mandato cruel de que no debían comunicarse con ella.

Dickens afirmó a sus amigos que el matrimonio había sido durante mucho tiempo infeliz, y que él y Catherine eran incompatibles. Catherine insinuó que Dickens era un adúltero, pero nunca se atrevió a hacerlo abiertamente. Casi nadie sabía de Nelly pues Dickens -que era tan famoso en la Inglaterra victoriana como las estrellas de rock lo son hoy en día- pensaba que se arruinaría su reputación si cualquier soplo de escándalo se hacía público.

Dickens era el escritor que había personificado las alegrías del hogar, la inocencia de la infancia y hubiera sido una gran decepción para sus lectores descubrir que cometía adulterio con una joven que podría ser su hija.

El escritor tomó medidas extremas para ocultar su relación con Nelly. Adquirió una pequeña casa de campo en Slough, donde él y Nelly se reunían fuera de las miradas indiscretas de la sociedad londinense. .

Uno de los biógrafos de Dickens especula sobre la posibilidad de que Nelly incluso dio a luz a un hijo en Francia, aunque esto nunca ha sido demostrado. La nueva película de la BBC sugerirá que ella tuvo un hijo con él y que murió en la infancia.

También supone que Nelly fue la inspiración de su más importante novela, Grandes esperanzas, como también de Nuestro común amigo, obra donde los personajes viven una mentira y pretenden ser otra cosa de lo que realmente son.

Dickens tenía 58 años cuando murió de una hemorragia cerebral. Su gran finca se dividió entre sus hijos y varias organizaciones benéficas. A Nelly sólo le dejó 1.000 libras esterlinas, la misma suma que dejó a una de sus hijas. Se especula que le dejó tan poco dinero pues no quería avergonzarla o causar escándalo a su familia, algo que un gran legado sin duda lo habría hecho.

Después de seis años de luto por Dickens, finalmente Nelly se casó con un clérigo. Cuando murió, en 1914, su hijo la enterró junto a su marido. Tiempo después, éste hijo se encontró con las cartas de su madre y Dickens: eran la evidencia de una relación amorosa. En ese momento se enfrentó a la familia del escritor y llegó a comprender la verdad. Nunca perdonó a su madre o Dickens.

lunes, 2 de abril de 2018

Tina Turner y Ike Turner



El 4 de abril de 1974, Tina Turner llega a Londres. Viaja sin su esposo Ike. Robert Stigwood, el mánager de los Bee Gees, la había contratado para ser la Acid Queen de la historia de 'Tommy', de los Who, que dirigía el sardónico Ken Rusell. Jack Nicholson y Ann-Margret eran los protagonistas, amén de Eric Clapton, Elton John y Roger Daltrey, de los Who, que hacía de Tommy.

Según contó la actriz Ann Margret, Tina estaba eufórica. El gran sueño de Tina había sido llegar al mundo del cine. Durante dos semanas de rodaje fue la persona más feliz de la tierra. Comprobó que era algo más que la mitad de Ike and Tina Turner. Además, trabó una amistad sólida con la misma Ann Margret. La estrella de cine le enseñó una historia del semanario 'Time' acerca de la liberación de la mujer y aquel sostén tirado hacia el cielo. Ann también le enseñó a actuar, a moverse delante de la cámara, a ser terriblemente independiente. Fue como si Tina descubriera un nuevo mundo.

Terminado el rodaje, Ann invitó a Tina a su próximo especial de televisión en Inglaterra. En el famoso 'show', despampanantes, Ann y Tina cantaron juntas 'Proud Mary', 'Natbush city limits' y 'Honky Tonk Women'. Tina por fín podía cantar algo bajo su propio nombre, sin la esclavitud de la Ike and Tina Turner Revue.

Volvió a casa con tanta fuerza que estaba convencida de acabar con las vejaciones, la violencia insoportable de su marido y la explotación por la exploración femenina.

Durante el mes de julio, Tina Turner grabó el primero de sus álbumes en solitario. Ike había tenido que claudicar ante el empuje anímico de Tina. El disco se llamó 'Tina turns country on', con temas de música vaquera, versiones de Dolly Parton, Kris Kristofferson, James Taylor e incluso Bob Dylan. Ike hizo todo lo posible por boicotear el disco y, desde luego, ayudó a que fuera un fracaso. La independencia de Tina quedó aparcada durante meses.

Pero no tuvo que esperar mucho. A comienzos de año se estrenó la película 'Tommy'. Las alabanzas sobre la actuación de Tina no es que fueran extraordinarias es que exigían el inicio de una carrera en solitario. La Reina Acida era una maravillosa estrella. Ike puso el grito en el infierno. Empezó a multiplicar su violencia, sus palizas sobre la pobre Tina se sucedieron con más asiduidad. A Ike, los celos profesionales le hacían pactar más con el diablo que el éxito de su esposa. Ike se volcó más en la heroína, en el crack. La cocaína le parecía algo irrelevante. Además, no dormía y sólo bebía alcohol, litros de alcohol. Eso se traducía en palizas incluso delante de sus hijos pequeños.

Palizas de una crueldad desesperada. Los siguientes cuatro meses fueron una pesadilla para Tina. Ike había logrado incluso sobornar a los agentes de promoción de United Artists para que no publicitaran su segundo álbum en solitario, 'Acid Queen', pensado y lanzado como reflejo del éxito de 'Tommy'. Por supuesto, el álbum, finalmente, fue otro fracaso.

No le quedaba otra dirección a Tina que pasar por la pesadilla de su marido. Más giras con la Ike and Tina Turner Revue, más palizas, más violencia y desesperación. Todo cambió el 2 de julio de 1976, en medio de los fastos del bicentenario de la fundación de los Estados Unidos, con Gerald Ford como presidente. De camino al aeropuerto de Los Ángeles , se inició el gran combate final entre Ike y Tina. En la limusina viajaban el matrimonio, Ann Thomas, Claude Williams, el líder de la banda y una rubia despampanante que era la la última de las conquistas de Ike Turner.

Todo empezó cuando Ike le ofreció una chocolatina. Tina, que llevaba un hermoso traje de Ives St. Laurent, se negó. Inmediatamente, Ike le pegó un sopapo. Pero en contra de lo que siempre ocurría, Tina Turner repelió la agresión. Ike se volvió loco. Empezaron a pegarse, con bocados incluso por parte de Tina. Así hasta que llegaron al aeropuerto. En el avión siguió la pelea, pero atenuada. Iban rumbo a Dallas, donde tenían que actuar en el hotel Hilton el 4 de julio en la celebración del bicentenario.

Pero la locura de la violencia prosiguió de camino hacia el hotel de Dallas. Ike le abrió a Tina dos brechas en la cara. Empezó a sangrar. Tuvieron que utilizar varios pañuelos para contener la hemorragia. Una vez en el 'lobby' del hotel Hilton, Tina les pidió a los empleados una toalla mojada para limpiar la sangre. Ike aseguró a los empleados del hotel que habían tenido un accidente. Sólo eso.El traje blanco de St. Laurent estaba teñido de rojo.

Una vez en la suite del hotel, Ike empezó a atizarla de nuevo. La amenazó, le dijo que jamás en su vida se atreviera a levantarle la mano al que era su verdadero hombre. Asustada, tiritando, entre lágrimas y desesperación, se acurrucó en posición fetal en un sofá. Y esperó.

Esperó a que la 'bestia' se durmiera. Tina sabía que su marido apenas había dormido en los últimos cinco días. Tenía que caer . Y se durmió.Tina se levantó, se cambió de vestido, se miró las heridas en el rostro y se dijo a sí misma que ésa era la última vez que recibía una paliza de Ike Turner. Se puso unas gafas oscuras para simular las heridas y salió sigilosamente de la suite del hotel. Ni siquiera se llevó ropa.

Tina se dió cuenta de que se enfrentaba a una nueva vida con tan sólo 36 centavos y una tarjeta de crédito para poner gasolina en las estaciones de Mobil. Cuando cerró la puerta sabía que acababa toda una vida. Era como 'la gran evasión'.

Tina sabía que enfrente del Hilton había un pequeño hotel más modesto, el Ramada Inn. En la recepción pidió hablar con el gerente del hotel. Le contó su deprimente caso. Incluso se quitó las gafas y le enseñó las brechas en su cara.Y el hombre accedió a darle una habitación sin pagar nada por adelantado y sin tarjeta de crédito. Tal fue la exposición dramática de una aterrada Tina. Eran pasadas las nueve de la noche del día 2 de julio de 1976.

Una vez en la habitación, lo primero que hizo fue llamar al abogado del grupo, Nate Tabor, que conocía la violencia de Ike y estaba de parte de Tina. El abogado le dijo que le mandaría un billete de avión para volver a casa y algo de dinero. Una vez en Los Ángeles, Tina prefirió pasar aquel fin de semana en la casa de la familia de Tabor. Pero el picapleitos también estaba presa del miedo a Ike. Sabía que en cualquier momento podía presentarse y acabar con él y con ella. Así que, inteligentemente, Tina se refugió en la casa de Anna María, la hermana de la esposa del abogado.

Anna María vivía en Lookout Mountain, con su marido, el gran saxofonista Wayne Shorter, que en esos días era parte del supergrupo de jazz, Weather Report. Wayne estaba de gira . El escondite era perfecto.

Durante dos largos meses, Tina se movió de un sitio a otro, sin encontrar un refugio ideal. Incluso estuvo trabajando de sirvienta en casa de una rica mujer de Tennesse, vecina de su pueblo, de su tierra. No le importaba ser una sirviente con tal de huir de Ike.

Por fín, encontró una pequeña casa en Olympic Boulevard, casi en el 'downtown' de Los Ángeles. Un día la descubrió en un supermercado la novia de su hijo Craig. Temió lo peor: que Ike supiera donde vivía. Pero no fue así. Unos meses después, ayudada por Robbie, de la vieja banda de Ike, y también por Anne Marie, la esposa de Shorter y algún otro músico, Tina pudo formar su propia banda.

Poco tiempo después, en la primavera de 1977, se celebró el juicio del divorcio de los Turner. Casi coincidió con el debut de Tina en un cabaret en Las Vegas. Una actuación que le había proporcionado el director artístico Richard Stewart de la vieja United Artists, el productor de su álbum 'Acid Queen'. Tina Turner, es decir, Anna Mae Bullock, su verdadero nombre, le dijo al juez que lo que más le importaba en el mundo era no perder su nombre artístico que tantos años de lucha le había costado. Por supuesto, Ike no quería que llevara su apellido. Ante la sorpresa general, Tina Turner renunció a sus royalties, a sus derechos de autor, incluso a las joyas conseguidas durante sus últimos 16 años con tal de no perder su nombre artístico. Le dijo a Ike, delante del juez, que se quedase absolutamente con todo, pero no con su futuro. El juez le dio la razón. Gran victoria. Tina podría utilizar su nombre artístico.

Poco tiempo después, Tina Turner conoció a un gran mánager Roger Davies. También Tina pudo lograr un buen contrato discográfico con EMI América, gracias a David Bowie, que acaba de tener un enorme éxito con esa compañía, con su 'Let's dance'. Bowie les dijo a EMI que la gran Anna Mae se convertiría en una enorme superestrella. Y no se equivocó. Tina Turner vendió millones de discos y pudo tener su propio dinero por primera vez en su vida.

Hace unos meses Tina Turner renunció a la ciudadanía americana y se casó con su novio de los últimos años, el ejecutivo discográfico Erwin Bach. La pareja vive en Küsnacht, al norte de Suiza, en el lago Zúrich.Lo último que sé de ella es que hace unos días fue hospitalizada en Zúrich por culpa de un ataque al corazón. Tina tiene ya 74 años. Su buena amiga, la presentadora de televisión Oprah Winfrey negó la gravedad del ingreso, convirtió el infarto en una simple gripe y aeguró que se está recuperando.

Ike Turner murió en 1997, con 76 años, en San Marcos, cerca de San Diego. Vivía solo. El cadáver lo encontró su última esposa, Ann Thomas. Durante sus últimos 20 años fue un prisionero del crack, de la coca, de cualquier tipo de droga que se pusiera a su alcanze. Una tragedia para el músico que había 'inventado' el rock con aquel increíble 'Rocket 88' del año 1951, firmado con los alias de Jackie Brenston y sus Delta Cats. En realidad, eran Ike Tuner y los Kings of Rhythm.

La última vez que ví a Tina fue en uno de los bungalows del maravilloso Hotel Taj de Kumarakom, en Kerala. La dirección del Taj le había hecho plantar un árbol que lleva su nombre. Tina ama a la India por encima de todas las cosas. Es budista. De la rama Nichiren.Y sé que jamás dejará de cantar algunos de los más brillantes cantos budistas. Sobre todo, el 'Nam Myh Renge Ky', su favorito. Es la esencia de la vida.