El entrañable momento en el que un chimpacé abraza a la mujer que lo salvó del laboratorio hace 18 años
La activista del medio ambiente, Linda Koebner, siempre ha luchado por la protección de los animales en este planeta. Cuando tenía tan sólo 23 años de edad y era aún una estudiante, dirigió un proyecto pionero para liberar a seis chimpancés que habían pasado la vida en un laboratorio en el que hacían ensayos con animales.
En ese momento, era una práctica muy común matar a los animales cuando ya no se utilizaban para las pruebas científicas. Koebner luchó para darles la oportunidad de vivir en un recinto al aire libre, devolviendo un poco de dignidad a la vida de los chimpancés.
Por desgracia, no era una opción devolverlos a la vida salvaje, ya que habían nacido en cautiverio y habían pasado sus primeros años en jaulas. Uno de los chimpancés hembras también requería tratamientos médicos regulares. Pero Linda observó con deleite como los animales olían la hierba fresca por primera vez y fueron capaces de moverse libremente por el recinto.
Se encargó de alimentar a uno de los animales enfermos todos los días con una botella y pasó mucho tiempo con sus amigos peludos para ayudarles a adaptarse a la vida fuera de una jaula.
Sin embargo, llegó el momento de decir adiós para Linda. Los animales tenían que aprender a vivir independientemente. A pesar de que era difícil para ella regresó a sus estudios. El proyecto que había comenzado fue una gran éxito. El número de animales se multiplicó y se convirtieron en una gran familia.
Unos 20 años más tarde, Linda fue a visitar a sus antiguos amigos. Dos de los seis originales chimpancés que había rescatado seguían vivos. Se acercó a sabiendas de que sus amigos peludos ahora eran animales salvajes y que podían ser peligrosos. Ella dudaba de que los chimpancés se fueran a acordar de ella a pesar de que ella no los había olvidado.
Linda se acercó al arroyo que sirve como límite al recinto e imitó los sonidos que los chimpancés utilizan como saludo.
Inmediatamente reconoció a una de las hembras. Linda se subió en un barco para llegar hasta a ellos y pronto los dos chimpancés corrieron hacia ella.
‘¿Me recuerdas?’ preguntó a uno de los animales mientras se acercaba a ellos. Entonces algo increíble sucedió: el chimpancé la atrajo para abrazarla.
No había duda, estaban abrazando a la mujer que les había salvado la vida tantos años antes. Ellos nunca actuaban de esa forma ante los extraños.
Linda se quedó sin habla. Casi dos décadas después nada había cambiado entre ellos.
Linda siempre será un miembro de la familia, sin tener el cuenta el tiempo que pasen separados.
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