viernes, 11 de noviembre de 2016

Toshiyuki & Yasuko y el jardin de flores



Cuando crees que lo has visto todo aparece una de estas impresionantes historias que te ponen la piel de gallina. Hoy te contamos algo que sucedió y que cada primavera es noticia nuevamente en los periódicos japoneses.

Se trata de lo que ocurrió en una casa de la población de Shintomi, casi en el extremo sur de Japón. Esta, que era la residencia de los Kuroki, se ha convertido los últimos años en una popular atracción turística.

Toshiyuki, el dueño de casa, tiene ahora 86 años.

Hace 20 años que dedica todo su tiempo a mantener este excepcional jardín de flores color rosa. Su esposa Yasuko, de 76 años es la encargada de recibir las visitas.

Pero el hecho es que Yasuko, su esposa, nunca ha visto este brillante espectáculo rosa en su propio jardín…

Y aquellos que desconocen la verdad de esta historia, como nos ocurrió a nosotros, quedan sorprendidos y sin palabras al saber el motivo y los orígenes de este mágico jardín.

Los kuroki se casaron en 1956, luego de que su matrimonio fuera concertado. Sobrevivir con lo poco que dejaba la actividad agrícola de secano era muy difícil, pero nunca faltaban las sonrisas y el optimismo de Yasuko.

Tuvieron 3 hijos.

Fue entonces que pasaron de la agricultura a generar productos lácteos, comenzando a las 2 de la mañana cada día.

Esta pareja logró hacerlo, criando a  sus hijos, y cubriendo los 365 días del año, apoyándose mutuamente.

Pero luego después de 30 años, Toshiyuki y Yasuko querían trabajar menos.

Ese era un sueño que tenían hace años y también era la promesa de Toshiyuki a su esposa que lo había apoyado cada día de todos esos años.

Sin embargo nadie tenía en las cuentas la tragedia que le ocurriría a esta pareja.

Fue entonces que Yasuko comenzó a ver borroso y de repente ya no podía ver las vacas.

A pesar de que fueron al médico, y al no poder descubrir el motivo, tan sólo una semana después Yasuko quedó completamente ciega.

Luego descubrieron que la causa era la diabetes, pero ya era demasiado tarde. La ceguera fue un shock: ella comenzó a hablar menos y dejó practicamente de sonreir.

Todo este nuevo panorama significó que la pareja tuvo que finalmente abandonar la granja, ya que Toshiyuki no podía cuidar sólo de 60 vacas.

Él hizo todo lo posible por animar a su esposa.

Ella cada vez pasaba más tiempo sola en la casa sin hablar con nadie… Y entonces ocurrió algo no planeado.

Un día de primavera Toshiyuki miraba por la ventana a un grupo de gente reunida junto a su jardín.

Notó que ellos estaban mirando el Flox Musgoso que él había plantado el año anterior.

Y entonces tuvo una idea: Dedicar más tiempo a plantar más matorrales rosas en su jardín.

Estuvo dos años preparando la tierra. Luego recogió semillas en Verano y las cubrió con fertilizante.

Luego plantó raíz tras raíz de Flox Musgoso.

Y el manto rosa comenzó a extenderse poco a poco, hasta cubrirlo todo.

La idea de Toshiyuki fue clara: Si no podía convencer a su esposa para que saliera de la casa, ¿Por qué no invitar a la gente a la casa?

Él quería todo el jardín rosa para que la gente se acercara a hablar con su esposa.

Durante los siguientes diez años, a medida que la voz se corría acerca del jardín rosa, cada vez más personas se acercaban para visitar la residencia Kuroki.

En el centro de las conversaciones con la gente siempre estaba Yasuko, charlando animadamente con los visitantes de su hermoso jardín.

El jardín de Toshiyuki había devuelto la sonrisa al rostro de Yasuko.

Hoy una impresionante alfombra de 3000 m2 cubre la residencia, con senderos y barandas construidas por Toshiyuki para que Yasuko se sienta segura en sus caminatas por la mañana.




1 comentario:

  1. La poesía está escrita en el corazón
    de quien la escribe y de quien la lee,
    y deja huellas en los corazones.

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