lunes, 8 de abril de 2019

Doris DeFazio & Cosmo DeFazio



Lamentablemente vivimos en tiempos en los que muchas de las personas mayores tienen que vivir en soledad. Es fácil perder el contacto con viejos amigos, cada vez más amigos dejan la vida en la tierra, y los familiares vienen cada vez menos de visita, ocupados con sus propias familias.

Es realmente triste y por lo tanto me alegra cuando leo sobre las personas que hacen justo el contrario, brindando recuerdos bonitos a los mayores hasta sus últimos días.

Un ejemplo de ello es estabonita historia sobre Angi Grippo y su familia, una historia que todos deberíamos leer.

Cuando Angi Grippo creció, era una niña que vivía justo en frente de sus abuelos maternos. Le encantaba pasar tiempo con ellos, les visitaba frecuentemente y muchas veces iba corriendo a su casa para dormir en su cama.

Pasaron los años y de adulta Angi se mudó a otra ciudad que quedaba 15 horas de sus queridos abuelos, allí conoció a su novio, Toby.

Sin embargo, no le impedía mantener el contacto con ellos por teléfono y así hablaron todos los días.

Un día, Angie recibió una llamada de su abuelo de 92 años y su abuela de 85.

Sólo les quedaban meses de vida: él estaba envejeciendo y lentamente su cuerpo se iba marchitando, Ella tenía cáncer em estadio 4 y estaba muy enferma.

Ahora tenían un último deseo: querían reunir a las cuatro generaciones de su familia e ir a la playa por última vez, ver el mar y dar un último abrazo a todos los familiares.

Angi, su novio Toby y los otros familiares no dudaron ni un segundo en cumplir su último deseo.

Rápido lo organizaron para que todos se pudieran ver en Daytona Beach, en Florida, en EEUU, y Angi grabó mientras su sobrina comenzó la reunión cantando ante toda la familia.

Pero había otra sorpresa en espera justo detrás de la espalda de Angi, una sorpresa de su novio, Toby…

Angi había estado devastada sabiendo que sus abuelos maternos probablemente no vivirían lo suficiente para poder estar presente cuando ella se casara.

Toby tenía esperanzas de hacer algo, y ahora cuando toda la familia estaba reunida, vio la oportunidad de pedirle la mano a Angi y al mismo tiempo eso le daría un recuerdo bonito a sus abuelos.

Así que se puso de rodillas… ¡y ella dijo que sí!

”El hecho que pudieron ver este momento de mi vida, y sabiendo que probablemente no podrán ir a mi boda… eso significa mucho para mí”, dice Angi Grippo a Inside Edition.

Pero a pesar de sentirse conmovida por la propuesta de matrimonio, nada era comparable con el momento cuando se giró… y vio lo felices que estaban sus abuelos, sentados allí llorando ante la emotiva escena.

Fue uno de esos momentos que ningún miembro de la familia olvidará.



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