martes, 11 de junio de 2019

La acción del viejo rabino



El rabino Elimelekh había hecho una hermosa prédica y ahora volvía a tierra natal. Para homenajearlo y mostrar gratitud, los fieles decidieron seguir el carruaje de Elimelekh hasta que saliera de la ciudad.

En determinado momento el rabino paró el carruaje, le pidió al cochero que siguiera adelante sin él y pasó a acompañar al pueblo.

—Bello ejemplo de humildad, dijo uno de los hombres a su lado.
—No existe ninguna humildad en mi gesto, sino solamente un poco de inteligencia. Ustedes aquí afuera están haciendo ejercicio, cantando, bebiendo vino, confraternizando, conociendo nuevos amigos, y todo por causa de un viejo rabino que vino a hablar sobre el arte de la vida. Entonces dejemos que mis teorías sigan en ese carruaje, porque yo quiero participar de la acción, respondió Elimelekh. Í



miércoles, 5 de junio de 2019

Dormitando mientras se lee el Corán



Saadi de Shiraz contaba la siguiente historia:

“Cuando era niño yo solía rezar con mi padre, mis tíos y primos. Todas las noches nos juntábamos para escuchar un trozo del Corán.

"Una de esas noches, cuando mi tío leía, me di cuenta que la mayoría de los presentes estaba dormitando. Entonces le comenté a mi padre:
—Ninguno de estos dormilones es capaz de permanecer atento a las palabras del profeta. ¡Jamás llegarán a Dios!

"Y mi padre respondió:
—Hijo querido, busca tu camino con fe y deja que cada uno se preocupe de sí. Tal vez en sus sueños ellos están conversando con Dios. Para mí sería mil veces preferible que hubieras estado durmiendo con ellos a tener que escuchar este duro juicio y esta condena”.