martes, 26 de julio de 2016

Los tres ancianos





Una mujer salió de su casa y vio a tres viejos de largas barbas sentados frente a su jardín. Ella no los conocía y les dijo:
—No creo conocerlos, pero deben tener hambre. Por favor entren a mi casa para que coman algo.
Ellos preguntaron:

— ¿Está el hombre de la casa?
—No, respondió ella, no está.
—Entonces no podemos entrar, dijeron ellos.
Al atardecer, cuando el marido llegó, ella le contó lo sucedido.
— ¡Entonces diles que ya llegué, invítalos a pasar!
La mujer salió a invitar a los hombres a pasar a su casa.
—No podemos entrar a una casa los tres juntos, explicaron los viejitos.
— ¿Por qué?, quiso saber ella.
Uno de los hombres apuntó hacia otro de sus amigos y explicó:


—Su nombre es Riqueza. Luego indicó hacia el otro:
—Su nombre es Éxito y yo me llamo Amor. Ahora ve adentro y decidan con tu marido a cuál de nosotros tres desean invitar a vuestra casa.
La mujer entró a su casa y le contó a su marido lo que ellos le dijeron. El hombre se puso feliz:
— ¡Qué bueno! Y ya que así es el asunto entonces invitemos a Riqueza, que entre y llene nuestra casa.
Su esposa no estuvo de acuerdo:
— Querido, ¿por qué no invitamos a Éxito?
La hija del matrimonio estaba escuchando desde la otra esquina de la casa y vino corriendo:
— ¿No sería mejor invitar a Amor? Nuestro hogar estaría entonces lleno de amor.
— Hagamos caso del consejo de nuestra hija, dijo el esposo a su mujer. Ve afuera e invita a Amor a que sea nuestro huésped.

La esposa salió y les preguntó:

— ¿Cuál de Uds. es Amor? Por favor que venga y que sea nuestro invitado.
Amor se puso de pie y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y le siguieron. Sorprendida, la dama les preguntó a Riqueza y a Éxito:


— Yo invité sólo a Amor, ¿por qué Uds. también vienen?
Los viejos respondieron juntos:
—Si hubieras invitado a Riqueza o a Éxito los otros dos habrían permanecido afuera, pero ya que invitaste a Amor, donde vaya él, nosotros vamos con él. Donde quiera que haya amor, hay también riqueza y éxito.
La fábula demuestra que a veces creemos que el éxito trae consigo mismo la riqueza y el amor en las vidas de los que lo tienen todo. Pero no deja de ser una fantasía porque muchas personas pueden tener éxito en sus vidas profesionales, en sus logros personales, en tener grandes sumas de dinero en estar realizados por haber podido lograr sus metas, pero luego de tener todas esas cosas se dan cuenta de que nunca les llego el amor.
El problema es que ni el éxito y las riquezas pueden comprar el verdadero amor, ese amor que nace de la inocencia del alma, que es limpio y puro como el agua que corre en los ríos. Vivimos en un mundo totalmente materialista donde tener dinero y éxito es la principal meta en la vida de las personas. La misma sociedad discrimina a las personas que nunca han podido tener nada en sus vidas y lo castigan como parásitos de la sociedad, se les desprecia y nunca se resaltan los valores y cualidades que como seres humanos tienen.


El tener riquezas y éxito no es malo en la vida, siempre que se pueda tener un equilibrio entre las cosas materiales y las espirituales. Somos seres espirituales viviendo en un cuerpo material, rodeado de cosas materiales creada por nuestra imaginación que nos ayudan a vivir una vida materialista, cómoda y fácil, llena de placeres .

Y es que si en el mundo en que vivimos hoy en día,si no trabajas y se compite entre todos nosotros no podríamos tener bienes materiales, si no tenemos dinero no podemos comprar los bienes y servicios que esta sociedad ofrece. Por lo que todos tratamos de competir y sobre salir entre nosotros para con el éxito y las riquezas vivir mejor que los demás en una total y absoluta batalla materialista.
Esas son las reglas que esta sociedad que se hace llamar civilizada y de civilizada nada tiene, ha creado sus propias reglas para beneficiar a algunos pocos y perjudicar a la mayoría, quedando todos atrapados en ideas y conceptos individualista donde el centro del universo somos nosotros.
Nos hemos olvidado en esta gran carrera de la materia, en que somos seres espirituales no materiales. El día en que usted o yo dejaremos el cuerpo material y todo lo que hayamos podido construir en este mundo, sean propiedades, negocios, millones de dólares o lo que más usted quiera de este mundo no se lo podrá llevar con usted. Dejaremos en total abandono nuestros cuerpos que ya no valen nada, pero nuestra alma y nuestro espiritu continuara su camino sin que nada ni nadie lo pueda detener.
Por eso el amor, es el reflejo puro del alma. El amor es la fuerza más limpia de nuestra existencia en ella descansa nuestro espíritu, sin el nunca hubiéramos podido ser lo que somos. Amor, espíritu y alma están unidos entre sí en un solo ser. Es un ser que es inmortal, nunca muere, nunca desaparece, nunca puede ser destruido por ninguna fuerza en este universo. Donde vaya el amor, va la vida, va tu ser inmortal, va tu esencia, tu única realidad.


Si tenemos amor, lo material se vuelve segundario, el éxito se vuelve insignificante, las riquezas pueden su valor y la muerte nace a la vida. Es cuando nuestra alma descansa en paz y nuestra mente crea sueños y esos sueños con el tiempo crean caminos que nos conducen al verdadero éxito y a la abundancia de riquezas, que solo el amor puede construir, apartado del egoísmo, la maldad y el materialismo consumista de nuestra sociedad.
La vida es demasiada corta para vivirla corriendo contra el tiempo. Se ha puesto a pensar usted si los díez, veinte, cincuenta, ochenta, cien años que la vida le pueda durar es suficiente comparado con una eternidad fuera de su cuerpo el cual un día muere y desaparece para siempre.
La vida es más que todo el éxito, las riquezas y el poder que usted logre tener en este mundo material. El amor, el alma, el espiritu dejaran un día su cuerpo para continuar su existencia en total paz y felicidad. A tras quedaran el éxito, las riquezas y todo sus bienes, entonces se preguntara.
¡Valió la pena tanto desgaste y dolor para nada!.
Recuerde como dice la fábula. Donde quiera que haya Amor, hay también Riqueza y Éxito.

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